1. Un evento no es suficiente.
No nos basta con tener sólo un día de celebración… así que últimamente celebramos el matrimonio civil y el matrimonio religioso por separado. El civil (o legal) se celebra íntimamente con la familia y amigos cercanos, normalmente en la casa de alguno de los novios. Se celebra días, semanas o incluso meses antes del matrimonio religioso, y en él los novios firman el contrato nupcial y se les entrega su libreta de matrimonio, transformándolos oficialmente en familia. Comemos, conversamos, nos reímos y lloramos, pero reservamos la fiesta y las tradiciones para el matrimonio religioso.