1. Visitar la Casa Museo Alí Primera y conversar de los temas más interesantes, en su honor.
2. Tener una cita por las costas de la península, ya sea en lancha o caminando, ¡sin morir de amor en el intento!
3. Ir a misa en el Santuario de San Joaquín y Santa Ana, ya sea para poner la fe un poco en práctica o por el “simple” hecho de dejarte conquistar por su magia.
4. Y hablando de este pueblito tan hermoso, subir el cerro Santa Ana y conectarnos con nuestro ser interior haciendo un poco de excursión.
5. Ir al Centro Ecológico Pangea, para conocer más sobre Paraguaná y aprender sobre reciclado, entre otros temas.
6. Contemplar la vista que te ofrece la primera estación en el cerro Montecano… y claro, terminar el recorrido pensando “qué hermoso lugar para caminar, debería venir más a menudo”.
8. Hacer por fin esa escapada (que tienes tiempo pensando con los panas o la familia) e ir al Cabo San Román.
9. Comerte tu buena ración de pescado frito a la orilla de la playa… Acompañado de una “bien friita”.
10. Seguidamente comer un poco de dulce de lechosa o una conserva de leche de cabra.
11. Pasar al menos 30 minutos en las salinas de las Cumaraguas, si la brisa te deja y no te lleva antes.
12. Darte el tiempo para conocer mejor la increíble variedad de aves de la zona.
13. Hacer windsurf en Adicora y dejarte llevar por la adrenalina.
14. Comerte una buena sopa de Mondongo un domingo al mediodía.
15. Tener una vista panorámica de la Península, con todo y refinerías, para comprender al lugar de forma completa.
16. Hacer una foto cuando está cayendo el sol en cualquier parte de la península y decir “Mi Paraguaná no necesita Filtro”. Si es desde La Estancia, entonces contarás con un clásico de los enamorados de Paraguaná.