1. Tratamos de imitar el acento ni bien pisamos Quitof
En cuanto llegamos a Quito, empezamos a imitar el acento de los quiteños. Es increíble que siendo del mismo país hablemos tan diferente, y no dejaremos pasar la oportunidad de tratar de hablar igual. Ni bien pises Quito, sentiraf que por poner la f al final de cada palabra ya eres en todo un expertof.