10 cosas que nos suceden a los guayacos cuando visitamos Quito

Ecuador
by Valeria Adum 13 Apr 2016

1. Tratamos de imitar el acento ni bien pisamos Quitof

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En cuanto llegamos a Quito, empezamos a imitar el acento de los quiteños. Es increíble que siendo del mismo país hablemos tan diferente, y no dejaremos pasar la oportunidad de tratar de hablar igual. Ni bien pises Quito, sentiraf que por poner la f al final de cada palabra ya eres en todo un expertof.

 

2. Aplicamos en nuestra estadía todo un vocabulario del putas

No sólo el acento es diferente, las palabras también lo son. Lo que para nosotros es chantón para los quiteños es parame la mano, por ejemplo. Ni hablar de todas esas palabras que tratamos de usar mientras estamos en Quito, como elé, guambra, achachay, taita, del putas, guagua, entre otras.

 

3. Apreciamos el transporte público de Quito

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Nos damos cuenta de que moverse en Quito es fácil. La ciudad capital cuenta con el Trolebús, la Ecovía, y el MetrobusQ. Si queremos caminar, siempre contamos con alguna persona amable que nos guía con un infaltable “aquisito no más”. Ahora, si uno tiene carro y quiere manejar, hay que acostumbrarse a andar con niebla, y por callecitas angostas con subidas y bajadas… ¡y no te vayas a olvidar del pico y placa!

 

4. Los nombres propios adquieren una extensión…

A los guayaquileños nos llama la atención que en Quito todos los nombres adquieren una “nueva extensión”. Gabriela se convierte en “La Gabriela”, y mientras que estemos de visita en la capital, llamaremos a todos por su nuevo nombre: La Valeria, El Nicolás, La María José, El Geancarlo, El Josef, etc.

 

5. Nos sentimos más culturales

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¡Y claro! Quito es Patrimonio de la Humanidad y cuna de Guayasamín, así que todos los rincones de la ciudad tienen algo de historia y nos encanta poder recorrerlos. También hay muchas opciones culturales que no dejan de florecer: arte urbano, grupos de música, centros culturales: todo un mundo under por descubrir.

 

6. La ropa de frío es una novedad

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Los guayaquileños tomamos como novedad tener que vestirnos “por capas”. Al venir de un clima tan caluroso, tener que usar bufandas es toda una aventura y nos divierte vestirnos así… aunque sólo sea por unos días. Después, ya no aguantamos el frío. ¡Achachay!

 

7. Tratamos de igualarnos en el farrón

Se dice que los quiteños toman más que los guayacos. Como buenos guayacos, seguramente trataremos de igualarnos, pero probablemente… sin éxito. No sabemos si es la altura o qué chuchas, pero nuestros amigos quiteños nos ganan en copas.

 

8. Y hablando de la altura…

Necesitamos un día o dos para aclimatarnos, y no vamos a dejar de sorprendernos de cómo los quiteños pueden correr a tantos kilómetros sobre el nivel del mar. No trates de imitarlos, ni tampoco vayas al teleférico el primer día, o serás víctima del soroche.

 

9. Descubrimos que no todos son de Liga de Quito

No sé por qué, pero muchos guayacos solemos asumir que todos los quiteños son de Liga de Quito. Al estar en la ciudad, descubrimos que no es cierto: hay hinchas de Barcelona, de Emelec, de Aucas…

 

10. Nos vemos obligados a admitir que disfrutamos del menú quiteño

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Sin dejar de adorar la comida de la costa, lo cierto es que no hay nada más rico que llegar al frío de Quito y disfrutar de su comida: un locro de papas calientito, hornado, pernil, canelazo, ¡o alguna de sus creativas sopas!

¡Viva Quito, Viva Guayaquil!