2. Vamos a encontrarnos con gente de todo el país y también de países limítrofes. Algunos llegarán días antes, otros sobre la hora de inicio, pero la mayoría habrá viajado cientos de kilómetros para ser parte del sueño.
3. Vamos a vivir la previa más atractiva y heterogénea. En todos los rincones de la ciudad en cuestión habrá ricoteros haciéndose unos choripanes al costado de la ruta, tomando vino, fernet o cerveza, acampando, bailando, tocando la guitarra, comprando algún souvenir local o conociendo los atractivos turísticos. Y a cada paso, sonando a todo volumen, algún tema del Indio.
5. Vamos a ser testigos de lo que es el verdadero “libre comercio”, ya que todos los lugareños van a tratar de venderte algo: Desde remeras, vinchas, posters, gaseosas, latas de cerveza, choripanes, chorizos a la pomarola, hasta el acceso al baño privado de una casa.
6. Van a recibirnos las banderas en las que se pone en juego todo el ingenio ricotero. “Mi genio amor” / “Cuando el fuego crezca quiero estar allí” / “Indio Solari mi único héroe en este lío” / “El infierno está encantador esta noche” / “Esa estrella era mi lujo” / “Banderas en tu corazón, yo quiero verlas ondeando luzca el sol o no”.
7. Vamos a vivir una hermandad con el de al lado, aunque sea un total extraño. De pronto nos encontramos compartiendo la botellita de agua mineral, o cediéndole nuestro lugar en la cola para entrar al baño químico.
8. Cuando empieza a oscurecer y se acerca la hora, se nos pone la piel de gallina. Cada uno de nosotros estará pensando en cuál va a ser la primera canción que suene. Sabemos que en unos minutos comenzará la misa, donde todos seremos uno. “Sí sí, ¿viste? te dije que iba a empezar con “Un ángel para tu soledad…”.
10. Vamos a comprobar una vez más que el rock es una cuestión de actitud y que nada tiene que ver acá la edad, el estilo ni, mucho menos, con las clases sociales.
15. Y al final, lo que todos hemos estado esperando durante meses: El suelo tiembla bajo tus pies mientras suenan los acordes de “Ji Ji Ji”, ¡para hacer el pogo más grande y poderoso del planeta!
16. Todos vamos a entrar al estadio sabiendo que este recital tiene sabor agridulce…Y por eso lo vamos a disfrutar más que nunca, ya que no servimos ni nunca serviremos para tristes despedidas. ”Por favor que el adiós no se alargue, me cansé de tanto esperar, cuando el fuego crezca ¡quiero estar allí!”.