1. No hablamos español, hablamos chileno.
Quizás sea un cliché esa frase… en todos los países latinoamericanos afirman que tienen un vocabulario peculiar, lleno de modismos. Pero… el chileno podría decirte algo como:
“Na poh weon, me metí en un taco a la salida de la pega, yo creo que estoy frito, con cueva llegó al carrete y tengo que pasar a buscar a mi polola”, ¿cachai?
Todo dicho extremadamente rápido, cortando palabras, terminando otras con “i”, y llenando las oraciones de diminutivos (“mejor me tomo un tecito con un pancito y descanso un poquito”). Tranquilo, aunque al principio te sentirás completamente desconcertado, con el paso de los días entenderás (algo).