1. Ir menos a la peluquería.
No sé quién habrá sido la primera mujer en decir: “antes muerta que sencilla”, pero hay algo que me lleva a pensar que fue una paisana. Venezolana que se respeta va a la peluquería por lo menos una vez a la semana. En Francia, en cambio, las mujeres se preocupan un poco menos por su imagen. La naturalidad está culturalmente aceptada. Nosotros deberíamos hacer lo mismo. ¡Por un mundo con menos laca!