Llegué al Uruguay hace algunos meses. En este país me han recibido con los brazos abiertos y me han tratado como a uno más de los suyos. He aprendido sobre su cultura, su gente y sus costumbres, y me ha quedado muy claro que este rinconcito del sur tiene mucho que ofrecer a todos los países hermanados de América Latina.
1. A guardar tiempo para la previa con el mate.
En Venezuela, acostumbraba a tomar un café por las tardes, sentado en algún pub o sencillamente en la sala de mi casa. Esto cambió al llegar a Montevideo, pues el mate es más que una bebida: acá es sinónimo de amistad y de unión. Antes de salir a algún lugar, muchos de mis amigos uruguayos me piden llegar antes para “tomarnos un matecito” en alguna plaza cercana o sentados en la Rambla.