Se te acabó el veinte.
Lo usamos para comunicar que ya nos hartamos de un comportamiento tuyo. Si se te acabó el veinte, olvídate de seguir maltratándonos o abusando de nuestra bondad…
La expresión viene de aquellos tiempos en los que una moneda de veinte centavos servía para pagar una llamada en una cabina telefónica o el costo de un boleto para un espectáculo en una carpa de teatro ambulante. Se terminaba el show y tenías que salir. Si querías repetir… tenías que pagar otro veinte.