13 expresiones que necesitas conocer antes de ir a Yucatán
Profundos estudios se han realizado sobre el español que se habla en Yucatán, que es el resultado de la mezcla de los idiomas español y maya -lengua esta última que aún se habla en el interior del estado-. Para que no te agarren en curva, aquí te damos una guía rápida de algunas expresiones que necesitas saber para sobrevivir en Yucatán.
1. No seas chechón
Fuiste a comer a Eladio’s de Progreso y tus amigos te dijeron que la salsa verde no pica… ¡Sorpresa, es habanero! Ya sabemos que pica y es insoportable para los que no están acostumbrados, pero no te vayas a poner a llorar, eh, ¡no seas chechón!
2. Te apesta tu xic
Aclimatarse al calor y a la humedad de Yucatán cuesta trabajo, lo sabemos… Si alguien te dice “apesta tu xic” quiere decir que tu desodorante no pasó la prueba. Necesitas algo más poderoso para mantener tu axila fresca…
3. Te va a dar tirixtá
Pon mucha atención a este punto porque es vital. Si vas a comer algo y alguien te dice que te va a dar tirixtá, mejor ten cuidado, a menos que quieras pasar las próximas horas de tu vida sentado en el inodoro con un terrible dolor de estómago… Aunque con lo rica que es nuestra comida, probablemente encuentres que todo ha valido la pena.
4. Dedos chuchul
Fuiste de pasa día a Chicxulub, llevas ya un rato en el mar disfrutando de lo sabrosa que es la vida, y de repente ves que tus dedos ya quedaron todos arrugados. Lo propio sería decir que tus dedos están chuchul. Quizá ya sea hora de salirse e ir por un ceviche…
5. Ya me queda muy perech el pantalón
La comida yucateca es deliciosa y entendemos que en tu visita subas algunos cuantos kilos de tanto tragar panuchos y salbutes… Así que tal vez, cuando regreses a tu tierra, tu ropa te quede ajustadita o, como decimos aquí, perech.
6. He-lé
Si invitas a una guapa muchacha a bailar y de plano se voltea y te dice he-lé (léase jee-leeé) mejor sigue tu camino, muchacho… Con esa ya estuvo, que no se te va a hacer, pues no hay forma más yucateca de decir “no”.
7. Ya quedó zatz
La humedad se encontrará presente en tu vida diaria en Yucatán y una de las desventajas es que, al dejar alimentos expuestos al ambiente, en cuestión de minutos perderán crujir y quedarán suaves. No pierden su sabor y no necesariamente están descompuestos, simplemente están zatz.
8. Macachí pec
No tenemos idea de que hayas hecho pero si alguien te dice “macachí pec” básicamente te está diciendo “cállate perro”, de ahí en adelante te recomendamos que cuides tus palabras y emprendas la retirada a menos que quieras una confrontación.
9. ¡Qué onda, hija!
Vas caminando por el barrio de Santiago en Mérida, tranquilo, escuchas a lo lejos que te gritan “¡qué onda, hija!”, volteas y es el amigo con el que quedaste en encontrarte ahí… Sin embargo, no estás seguro de a quién está llamando… ¡Pues a ti! Así es como saludamos a los cuates en Yucatán.
10. Ponte xux
Estás de visita en un cenote, tú sabes nadar así que no te preocupas, te avientas para dar un chapuzón pero en eso alguien te grita, ¡Ponte xux por ahí! No estás muy seguro de qué es lo que debes ponerte… Pues sencillo, ¡ponte alerta!, seguro por ahí está hondo y no pisas el fondo.
11. Todo recto
¡Los yucatecos somos expertos en dar direcciones! Bueno, la verdad que no, pero supongamos que estás perdido en Izamal y la única referencia que te dieron fue “a la vuelta de la casa amarilla”… Pides indicaciones para llegar y te responden “Aquí todo recto”. Tú no entendiste ni papa, pues lo único que tienes que hacer es CONTINUAR DERECHO el número de cuadras que te indiquen. No hay pierde. (Bueno sí hay, mejor pregúntale a Google Maps).
12. Ve por el francés
Si te piden que estés pendiente cuando pase el francés no busques a un señor con boina, bigote y una copa de vino. Simplemente espera a que pase el marchante en su triciclo vendiendo barras de pan. Aquí las llamamos pan francés.
13. La hach y nos vamos
Estás en La Negrita tomando dos con tus cuates, ya van a dar las diez y es hora de retirarse. Al pedir la última ronda hazlo con el estilo y elegancia yucateca. Di gallardamente, “tráenos la hach”, es decir, la última ronda.