Photo: Ground Picture/Shutterstock

12 expresiones que solo los toledanos entendemos

by Andrea Barragan 14 Dec 2015

1. Irse de rollo

Si estás sonriendo ahora mismo es que has utilizado mucho esta frase durante tus años mozos. Aunque pueda parecer que se refiere a escaparse con un ligue, no tiene nada que ver (al menos, en principio). En Toledo, irse de rollo significa hacer pellas, es decir, escaquearse de una clase. Que levante la mano aquel que nunca se fue de rollo en el instituto…

2. Ser un risión

Si lo eres, es que algo no va bien. Y es que ser un risión implica que haces demasiada gracia a los demás, tanta que hasta provocas risas en ellos. La mala noticia es que esas risas no son contigo, sino de ti.

3. Subir a Toledo

Un momento, ¿no estábamos ya en Toledo? Efectivamente, pero para los toledanos esta expresión refiere a un lugar en particular. Sea cual sea el barrio en el que vivas, ya sabes que si quedas con alguien en Toledo, te toca desplazarte hacia el centro histórico de la ciudad. En el 99% de las ocasiones, te citarás frente al McDonald’s, así que no tiene pérdida.

4. Pasar una noche toledana…

Si pronuncias estás palabras, tu interlocutor entenderá rápidamente que has pasado una mala noche, en la que no has podido conciliar el sueño. Se trata de un dicho muy conocido en todo el territorio español y cuyo origen no está del todo claro.

Una de las teorías más extendidas sitúa la procedencia de esta expresión en el siglo IX, periodo en el que Toledo se encontraba gobernado por Yusuf ben Amrus, un joven despiadado y tirano que tenía aterrorizados a los ciudadanos. El pueblo, harto, protagonizó un levantamiento popular y puso fin a su vida. Entonces, su padre, llamado Amrú, llegó a Toledo como nuevo gobernador haciendo creer que, con él, las cosas irían mucho mejor. El pueblo, esperanzado, nunca hubiera imaginado lo que ocurriría durante la celebración de un banquete en palacio. Amrú invitó a los nobles toledanos y, según llegaban al evento, iban siendo decapitados y sus cuerpos arrojados al foso para vengar la muerte de su hijo. Así que no, no quieres pasar una noche toledana.

5. Pachasco

Se trata, en realidad, de la abreviatura de “para chasco”, muy empleada en Toledo y provincia, y transmite la posibilidad de decepcionarse ante una situación. Su significado está próximo a “anda que” o “solo faltaba”. Se entiende mejor con un ejemplo: “Pachasco voy y no está”.

6. ¡Anda, bolo!

Antes de comprender esta expresión, es necesario saber que a los toledanos se les conoce también como “bolos”. Por ello, expresiones que incluyen este vocablo como “¡anda, bolo!” o “sí, bolo” forman parte del pan de cada día. En ambos casos, se utiliza para comunicar incredulidad ante algo que se escucha. Equivaldría, por tanto, a un “sí, claro. Cuéntame otra”.

7. Cabalito

Este es otro de los términos estrella de los toledanos, en multitud de ocasiones seguido de “cabalito, pito”. Este vocablo puede significar “¡qué casualidad!” o “exactamente”.

8. Dar un pescozón

Si te dicen “¡te voy a dar un pescozón!”, prepárate porque hay una colleja que está al caer. Una expresión muy común, sobre todo dirigida a los niños que no se portan muy bien que digamos.

9. Qué papo tienes

Alguien tiene mucho papo cuando tiene mucha jeta o cuando le cuesta mucho hacer algo. Muy extendida también es la frase “¡sí, papo!” que transmite la misma idea que “¡sí, bolo!”. Lo vas pillando, ¿no?

10. ¡Copón!

Una interjección que bien podría ser sustituida por joder y que usualmente se coloca al final de la oración. Pronúnciese la ‘n’ con mucha contundencia para lograr el resultado deseado. ¿Un ejemplo? “Déjame tranquila, ¡copón!”.

11. ¡Hermoosa!

Este adjetivo no necesita explicación, pero sí es cierto que suena diferente en boca de los toledanos. No es un piropo propiamente dicho y se suele emplear entre amigos (aunque no es improbable que el charcutero se refiera a una cliente de este modo mientras le sirve cuarto y mitad). Para pronunciarlo como un auténtico local, hay que alargar ligeramente la ‘o’:¡hermoosa!

12. Alhaja

Según la RAE: joya, adorno o mueble precioso, cosa de mucho valor y estima. Es una de las palabras más integradas en el habla toledana y se usa para referirse a alguien como “bello” o “bonito”. Desde luego, entre esta expresión y la anterior, ¡se va una a casa con la autoestima bien arriba!