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Las 16 formas más extrañas que tenemos los colombianos para divertirnos

by Monica Corredor Sanchez 3 Apr 2017

Ir en chivas rumberas.

No te sorprendas si algún día en la calle ves una chiva (bus típico colombiano y colorido) repleto de gente bailando, tomando aguardiente, con luces y música a todo volumen, al mejor estilo de una discoteca. Es simplemente otra manera más de rumbear o celebrar una fecha especial mientras recorremos los principales sitios de la ciudad.

Jugar Yermis con unas tapas de gaseosa y una pelota.

Este típico juego de barrio o parque sólo requiere una torre de tapas de gaseosa que serán tiradas con una pelota. Mientras tanto, el equipo debe intentar ordenar las tapas nuevamente sin dejarse ponchar por el equipo contrario.

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Lanzar harina y huevos para festejar, especialmente cuando ganamos partidos de fútbol.

Por extraño que parezca, esta es una celebración típica colombiana. Salir a la calle a lanzar harina y huevos a todo aquel que se cruce puede no ser muy divertido para el transeúnte, pero sí que lo es para el que está celebrando.
Y hablando de huevos…

Romper huevos en la cabeza del cumpleañero.

Una manera un poco inusual de mostrar nuestro cariño por el festejado. No conozco a nadie que admita que le agrada la costumbre =P
Lo cierto es que no es el único acto un poquito raro asociado a los cumpleaños. Presten atención al que sigue…

Combinar piñatas con escobas…

La escoba en Colombia sirve hasta para romper piñatas. Aunque las piñatas modernas buscan la seguridad de los niños, y sólo se jala de una tirita que deja caer las sorpresas, la tradicional piñata colombiana se solía llevar a cabo de manera diferente. Se vendaban los ojos del festejado, quien intentaba romper la piñata con un palo, mientras los invitados iban de lado a lado esquivando los golpes.

La parranda vallenata.

El típico vallenato nos acompaña en cumpleaños, matrimonios, despedidas, rumbas y hasta en serenatas. Es muy común contratar conjuntos vallenatos para bailar hasta el amanecer… y si hay una playa enfrente, mucho mejor. Es más, tenemos nuestro equivalente a “Las Mañanitas” en vallenato…

Jugar los aguinaldos navideños.

Esto es confuso para personas de otros países de habla hispana, como Argentina, en las que el “aguinaldo” es un sueldo extra que se entrega a fin de año. En Colombia, el aguinaldo navideño nada tiene que ver con regalos o dinero: son juegos que se hacen previos a la Navidad, en época de “novenas”, entre familias o amigos. Estos juegos son una manera más de divertirnos en una época llena de actividades sociales. Entre oraciones, reuniones sociales, natilla, buñuelos y villancicos, prepárate para jugar aguinaldos como el Sí y el no, Pajita en boca, o Tres pies, porque si pierdes… “¡¡Mis aguinaldos!!”
Paso a explicarlos. “El sí y el no” es un juego donde alguna persona elige el “sí” y la otra elige el “no”. Si yo escojo el sí, todo lo que le responda a la persona con la que estoy jugando debe ser con la palabra “sí”. Entonces, la idea es que la otra persona me pregunte cosas que me hagan «caer» en responder con “no”. Lo importante es que a mí no se me puede olvidar que estoy jugando aguinaldos, por lo tanto debo responder sí a lo largo de los días. Cuando pierdo, se dice «Mis aguinaldos» y se van sumando puntos. Al final, generalmente antes en Navidad, quien haya perdido más deberá pagar una penitencia o lo que se acuerde entre los jugadores.
“Tres pies”, otro aguinaldo, consiste en no dejar que el otro meta su pie dentro de mis piernas. La idea es que esto se juega durante varios días, por lo que no debes olvidarte que estás jugando y concentrarte, porque al cabo de unos días o incluso unas horas, puedes desconcentrarte y perder.

Cantar canciones en originales rondas infantiles.

Por ejemplo, cantamos “Chicle, chicle, americano, me meto, me abro, me cierro y me salgo…” mientras saltamos sobre un caucho elástico, o “El puente está quebrado, con qué lo curaremos, con cáscaras de huevo, burritos al potrero…” mientras pasamos debajo de los brazos de los otros niños. También rondas como “A la rueda, rueda, de pan y canela. Dame un besito, y vete para la escuela. Si no quieres ir, acuéstate a dormir”, o “El Corazón de la piña se va envolviendo y toda la gente se va cayendo”. ¿Recuerdan el juego del “Tingo, tingo, tango”? Y por favor, no pregunten qué significa la frase “Tin marín dedo pingüe, cúcara mácara, títere fue”… Solo se que sirve para escoger ‘dedocráticamente’ a algún compañero.

Ver a la gente pasar desde una mecedora.

Puede sonar como un plan poco divertido, pero para los colombianos es una manera muy sana, relajante y tradicional de entretenerse. En ciudades o pueblos de clima cálido, siempre verás una silla mecedora en la puerta de las casas. Allí se sientan las personas a hablar, a disfrutar de la brisa tibia del atardecer, a hablar con sus vecinos o simplemente a ver la gente pasar.

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Jugar Tejo

Nuestro deporte nacional puede verse extraño con ojos extranjeros, pero para nosotros es una conocida manera de divertirnos. El tejo o disco metálico se lanza sobre una cancha de arcilla para que caiga lo más cerca o dentro del bocín y explote las mechas de pólvora. Jugar tejo no sería lo mismo sin el típico grito “¡¡Mecha!!”, acompañado de un ruido que a muchos puede asustar. Tampoco puede faltar un petaco de cerveza… o varios.

Jugar Rana

Igual que el tejo, la rana es una manera de pasar el tiempo a la colombiana, especialmente cuando vamos de paseo a fincas. Meter los aritos en la boca de la rana siempre es un reto, por eso lo mejor es sumar puntos poniendo a prueba tu puntería en los demás agujeros.

Saltar al ritmo de la Golosa

Si de juegos se trata, no podemos olvidar esos que todos hemos jugado cuando niños. La difundida golosa nos ponía a saltar en el recreo del colegio. Seguramente nos ayudó mucho con nuestra motricidad, pero lo más importante es que nos divirtió por unos cuantos años.

Las competencias de piquis en el colegio

Los recreos se convertían en grandes campos de competencia para intercambiar y ganar piquis o canicas. Cómo olvidar las eternas filas para ganarse las pinguas, las potas o las maras más bonitas, y el orgullo de exhibir nuestras particulares adquisiciones con los amigos.

Escuchar mariachis

Aunque suene extraño y pienses que estás en México y no en Colombia, tranquilo. La verdad es que los mariachis son bastante populares en nuestro país. Es muy tradicional, por ejemplo, llevar serenata de mariachis a la novia antes del matrimonio o en el día de la madre. En Bogotá, en la calle conocida como “La Playa”, puedes encontrar cientos de mariachis ofreciendo sus servicios, o puedes ir a alguno de los cuantos lugares que ofrecen show de mariachis y cantar al son de un tequila o, por qué no, de un aguardiente.

Hacer nuestra versión de La Tomatina

En Sutamarchán (Boyacá) se realiza la Gran Tomatina Colombiana. Inspirada en la realizada en Buñol, España, cada año miles de colombianos y turistas se divierten lanzándose tomates maduros que ya no se pueden consumir. En medio de carcajadas y mucho jugo de tomate, la gente se divierte pacíficamente.

Disfrutar de los Piques de Yipao

En Calarcá, Quindío, se celebra el Desfile del Yipao como se le conoce al Jeep Willys, icono de la zona cafetera que ha ayudado por años a transportar carga y productos agrícolas. Esa capacidad de carga se demuestra en las extrañas competencias del evento, donde los Willys se cargan con gran cantidad de artículos y también hacen acrobacias sobre sus dos llantas traseras durante los piques, demostrando la habilidad de sus conductores y resistencia de los carros.

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Sea lo que sea, los colombianos sabemos divertirnos, y mientras haya comida, trago y baile, cualquier excusa es perfecta para celebrar.