15 insultos mexicanos que el resto del mundo debería adoptar

3. Traqueteado

Dícese de las cosas que han tenido más uso del recomendado y ya están más pa allá que pa acá. Puede hacer referencia a un objeto —como tu auto—, a una parte de tu cuerpo —como… tu rodilla— o a tu semblante después de uno de esos viernes en los que decidiste salir en plan tranqui. Una persona que está traqueteada de forma crónica se convierte eventualmente en un achacoso.

4. Aguado

Ese amigo al que hay que prenderle veladoras para convencerlo de salir a cualquier lado; el que te pide que lo pases a dejar a su casa cuando todos quieren seguir la fiesta; el que se queda dormido en las reuniones; el que se duerme a las diez de la noche los viernes…

5. Fodongo

Se le considera fodongo a todo aquel que hace caso omiso de las normas de etiqueta en el vestir y sale a la calle luciendo el combo de chanclas con calcetín. El fodongo, por definición, cuenta con más de un par de pantuflas, una bata que todo el mundo le ha visto y una gran colección de pants.

6. Mamón

Dícese de aquellas personas que —en la más pura tradición platónica— decidieron que están un peldaño arriba que todos los demás en la escala del ser y tratan al mundo con aires de condescendencia. El mamón no necesariamente tiene que justificar su actitud arrogante. Hay mucha gente muy mamona que nomás no la arma en nada.

7. Chingaquedito

Ese amigo que siempre te va a recordar cuando andabas de codependiente con tu ex o cuando te batearon frente a todo el salón en segundo de secundaria. El chingaquedito nunca dejará pasar nada con lo que te pueda poner en jaque y siempre tendrá tus mejores anécdotas a la mano. Aun así, lo consideras tu amigo. Un amigo al que le encanta estar chingue y chingue.

8. Fufurufo

Dícese de las personas que se envalentonan ante situaciones complicadas. Alguien que se siente muy fufurufo no dejará pasar la oportunidad de recordarle a su público lo bueno que es para los madrazos. El alcohol suele sacar a relucir el lado más fufurufo de las personas.

9. Malacopa

Dícese de esas personas que se transforman en seres detestables una vez que su sangre entra en contacto con alcohol. Aunque muchas personas son malacopas por definición, todos somos susceptibles a malacopear cuando se reúnen los estímulos adecuados. Llamarle a quien sea a las tres de la mañana o querer salir a conseguir más alcohol cuando el hipo hace tus frases ininteligibles, son señales inequívocas de que estás malacopeando.

10. Chachalaco

Persona a la que se le pasaron las copas desde hace unos días y que sigue en la empresa de saciar su sed. El malacopeo y los momentos de inconsciencia son opcionales. El chachalaco crónico es conocido con el nombre de teporocho.

11. Mitotero

Especialista en armar relajo —mitote— bajo cualquier pretexto. Guarda ciertas similitudes con el argüendero, pero el mitotero suele trascender las palabras y llegar a los hechos.

12. Farol

Que presume de lo que tiene y de lo que no. El acto de farolear es común, más no exclusivo, del mamón y del fufurufo.

13. Pichicato

Esa persona que no te prestaba el lápiz en la clase, la típica señora que siempre se enoja por lo caras que están la cebollas y ese güey que reclama todo en el hotel para ver si le hacen un descuento. Todos ellos son pichicatos, personas a las que les cuesta trabajo compartir y que siempre tratan de hacer rendir su dinerito hasta extremos ridículos.

14. Mafufo

Dícese de la persona que actúa de manera errática y disparatada, como si se hubiera excedido en su dosis de productos cannábicos. También, mariguano.

15. Pinche

Más que un insulto, el pinche es una especie de comodín que se puede anteponer a cualquier insulto. Es el equivalente lingüístico de elevar un número al cuadrado. Utiliza el pinche antes de cualquier palabra de esta lista —o recurre a tu propio acervo de insultos— para comenzar a sonar como un mexicano de hueso colorado.