1. ¡Qué pechá de trabajar! ¡Estoy guarnío!
Una pechá es una de esas medidas malagueñas que no tienen correspondencia literal. Tampoco una mijita, una mijitilla o ná y menos. Es como lo del chorreón de aceite, sabes que hay que echar aceite, pero no exactamente cuánto. Así que en este contexto significa que has trabajado un montón y que, por eso, estás reventado, hecho polvo, cansadísimo. ¡Vivan los sinónimos!