El universo culinario de la Ciudad de México se está modernizando con cafeterías artesanales, restaurantes gourmet de platos pequeños y experiencias boutique por doquier. Los bares también han cambiado, hoy se sirven cocteles de nombres elegantes en espacios bien diseñados y de concepto definido. A pesar de los cambios, todavía es posible encontrar experiencias únicas y clásicas. Deja de lado esos cocteles de nombres raros y acércate a una de las muchas cantinas que aún quedan en la ciudad. Estos son lugares donde puedes tomar una cerveza, jugar dominó, y ver algún partido de fútbol en la pequeña pantalla que adorna una de las esquinas de un local que parece no haber cambiado mucho en décadas. A continuación te compartimos un listado con las mejores cantinas que puedes encontrar en la Ciudad de México.
1. El Centenario
El Centenario se encuentra en medio del bullicio de las calles de la Condesa. Esta cantina data de 1948 y no ha cambiado mucho desde ese entonces. Pide una ronda de cervezas o mezcales, y pide un juego de fichas de dominó (un servicio que la mayoría de las cantinas de la ciudad ofrece). Una vez que hayas terminado, dirígete a la esquina por unos tacos en El Greco. Esta taquería es muy pequeña, pero es uno de los mejores lugares para probar tacos árabes, una mezcla entre los tacos al pastor y la shawarma. No debes pasar por alto ninguno de estos dos lugares en una visita a la Condesa.
2. Cantina Tío Pepe
Considerada como la cantina más antigua de la ciudad, Cantina Tío Pepe ha sabido mantener un ambiente clásico, muy de la vieja escuela. Al atravesar las puertas del lugar te encontrarás rodeado por mesas y gabinetes llenas de locales tomando brandy y hipsters bebiendo Modelos. El bar en sí mismo es bastante llamativo, con páneles de madera muy ornamentados y un letrero de “Cognac Hennessy” en cristal cortado que mantiene el ambiente retro. Es un lugar sencillo, pero es toda una experiencia local y cuenta con un gran servicio, con meseros uniformados en camisas blancas y chalecos negros.
3. El León de Oro
El lema de este lugar, “mi abuelo la conoció, mi padre me la enseñó, y yo…” describe a la perfección el ambiente que se vive en este lugar. Ubicada en la colonia Escandón, El León de Oro es una cantina tradicional donde distintas generaciones se han reunido desde 1954. El lugar es enorme y aún con las recientes remodelaciones mantiene un cierto aire anacrónico (tal vez tenga que ver con esas ventanas color ámbar). La comida puede ser un poco cara, pero tienen muy buenas opciones. En Escandón existen muchas cantinas, pero pregúntale a cualquiera por una recomendación, y la constante siempre será El León de Oro.
4. Covadonga
Covadonga se ubica en la colonia Roma Norte. Es un espacio abierto bastante grande, con muchísimas mesas y algunas teles a lo largo de la pared. Tiene un aire de sala de bingo antigua. Cuentan con una gran selección de comida y sustituyen los tradicionales antojitos mexicanos por tapas españolas. Pide una tortilla española para comenzar y prueba la deliciosa torta de milanesa. Si decides no comer aquí, hay una gran variedad de restaurantes a los alrededores. Abarrotes Delirio tiene sandwiches estupendos y el Mercado Roma es un lugar entretenido donde podrás encontrar una gran variedad de opciones para comer bajo un mismo techo.
5. La Ópera
Famoso por ser el lugar en el que Pancho Villa dejó un agujero de bala en el techo, La Ópera es una cantina que ha estado en operación desde 1876. Se localiza en el Centro Histórico y es un buen lugar para relajarse después de explorar el Palacio de Bellas Artes y el Zócalo. Es una de las cantinas más elegantes de la ciudad (casi demasiado elegante) con muros de madera ornamentados y gabinetes forrados en terciopelo rojo. Prueba el pulpo a la gallega o los caracoles en salsa de chipotle.
6. La Casa Gallega
De acuerdo a los conocedores locales, Casa Gallega podría ser el mejor lugar para comer mariscos en la Ciudad de México. Esta cantina se especializa en comida gallega, y ofrece un buffet buenísimo todos los fines de semana. Cuentan con una muy buena selección de vinos españoles, perfectos para maridar con su espectacular pulpo a feira. Casa Gallega se encuentra en la colonia Doctores, a unas pocas cuadras del Metro Hospital General.
7. La Faena
En un viejo edificio del Centro Histórico se encuentra La Faena, la segunda cantina más grande de todo México. El lugar es también un extraño museo de la tauromaquia que parece estar atrapado en los sesenta. Fotos y pinturas de matadores y corridas llenan los muros, mientras que capas, espadas y demás parafernalia se encuentran en exhibición detrás de vitrinas de cristal. Otro lugar para escapar de las calles del Centro mientras disfrutas de unas cervezas y botanas de cortesía.
8. La Mascota
La Mascota es otra de las cantinas tradicionales del Centro. Es una de las pocas opciones en las que todavía se sirve comida con cada bebida que ordenas. Y la comida no consta solo de botanas, sino de platos completos. ¡Gratis! De toda la comida que probé, el adobo fue el platillo ganador. Para acompañar tu comida, ordena un mezcal con sangrita (jugo de tomate con limón y chile), y si quieres comer en otro lado (lo cual es bastante descabellado), camina un par de cuadras hasta la Hostería La Bota, donde podrás probar una riquísima torta de paella.
9. Salón Tenampa
El Salón Tenampa es una trampa para turistas, pero sigue siendo divertido y no deberías pasarlo por alto. Ubicado en plena Plaza Garibaldi, este lugar está lleno de mariachis que se dedican a llevar serenata hasta las mesas, mientras que los comensales algo pasados de copas insisten en cantar las melodías a todo pulmón. La decoración es un poco exagerada, con papel picado en cada rincón, pero de nuevo, es un lugar bastante divertido. Y probablemente sea mejor visitar el Tenampa después de recorrer otros bares de la zona. Si quieres algo más que una cerveza, prueba el ponche de granada con tequila.
10. El Ebro
Localizado en la colonia Obrera, la central de las cantinas de la ciudad, El Ebro es un clásico que ha estado presente en el ambiente local por más de noventa años. Este es un lugar para los conocedores, una cantina que puede disfrutarse con amigos y familia (sí, se permite la entrada a niños). El lugar es bastante relajado, con música en vivo, buenos tragos, y muy buena comida. El menú de cuatro tiempos es increíblemente variado, y aunque los clientes frecuentes recomiendan ampliamente el chamorro y sus platillos con camarones, es difícil errar con cualquiera de sus especialidades. Por supuesto, toda esta comida es gratis una vez que pides más de cuatro tragos.