De entre todos los animales sagrados del mundo nahua, hay uno muy especial que nos recuerda el sacrificio de los dioses durante la creación del mundo y también de la humanidad. Más que un animal, parece un monstruo, pero uno muy simpático que causa ternura en lugar de miedo.
Claro que te estoy hablando del ambystoma mexicano, mejor conocido como ajolote. Es un anfibio que jamás llega a desarrollar la etapa adulta, es decir, pasa su vida en etapa larvaria y, además de todo, posee la capacidad única de regenerar cualquier parte de su cuerpo. Increíble, ¿no?