Los festivales de música electrónica están consagrados a la celebración y a la reflexión interna, ya que crean un espacio donde los asistentes pueden vivir una realidad alternativa. Generalmente se llevan a cabo en escenarios naturales y alientan la expresión individual a través de la música, la filosofía, la vestimenta, la pintura, la escultura, el arte y la comunicación. Los participantes están hermanados por el amor común a la música y a la expresión libre.
Cada festival tiene su propia onda. Por ejemplo, los asistentes al festival Sensation, en Amsterdam, se visten de blanco, creando así un ambiente surrealista de paz y tranquilidad. En cambio, quienes participan del Electric Daisy Carnival, en Las Vegas, usan colores vibrantes y los payasos, lo carnavalesco del tema y las margaritas le dan una atmósfera festiva.