A los mexicanos nos encantan las fiestas y las reuniones públicas. Las cantinas han sido desde siempre un símbolo cultural esencial en la construcción de nuestra identidad. Son toda una tradición mexicana, un punto de reunión donde no existe un mal que no tenga remedio, donde los corazones se alegran y donde todas las clases sociales se reúnen y brindan con los amigos, los amores, los colegas, los compadres, la familia y todos los personajes que uno se pueda imaginar. En la Ciudad de México las hay desde las tradicionales de la vieja escuela (pulquerías, entre ellas), hasta las más contemporáneas y versátiles.
Aquí va una lista de 12 que no pueden dejar de visitar si quieres decir que has estado en la Ciudad de México.
12 cantinas que resumen lo mejor de la escena cantinera chilanga
1. SALÓN TENAMPA
Este año regresé al Tenampa. La última vez que había estado ahí fue en mi época de estudiante, allá en el 2001. Aunque aquel fue un mejor tiempo para el lugar, sigue siendo una parada básica en Garibaldi. Se fundó en 1925, es un sitio al que todo mexicano debería de ir alguna vez en su vida para experimentar ese barullo de emociones que surge al echarse unos tequilas y al cantar con el mariachi en vivo unas de Juanga y otras de José Alfredo (quien por cierto, fue cliente consentido en los años cuarenta). Todo entre aplausos y gritos de la concurrencia. También, para que su visita sea completa, pueden probar la bebida tradicional de la casa, que es ponche de granada con tequila y nuez.
Dirección: Plaza Garibaldi 12. Centro
2. LA ÓPERA
Este lugar es de los más históricos y antiguos de la ciudad. Abrió sus puertas en 1876 y es famoso por la leyenda de que Pancho Villa tiró balazos al techo en alguna andanza que tuvo con Zapata por este sitio (ahí sigue el supuesto boquete de una bala). También es sabido que Porfirio Díaz fue cliente asiduo y bueno. El lugar sigue conservando una decoración Art Nouveau, y a lo largo del tiempo ha sido punto de reunión de la crema y nata de la política y de la intelectualidad. Según se dice, Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Octavio Paz y hasta el buen Jacobo Zabludovsky llegaban aquí a echarse unos tragos. Pero no hay de qué preocuparse, uno no tiene que ser famoso para ser amablemente atendido. Las especialidades para comer: caracoles en salsa de chipotle, chamorro a la gallega, sopa de mariscos y lengua a la veracruzana.
Dirección: 5 de mayo 10. Centro Histórico
3. LA CATEDRAL DEL PULQUE (SALÓN CASINO)
La cultura del pulque es toda una experiencia espirituosa. Aunque no es mi trago favorito, sí creo que es un fermentado que tiene su encanto. Se bebía ya en tiempos prehispánicos. Este lugar es una de las pocas pulquerías auténticas que aún sobreviven y data del año 1936. La clientela es casi pura raza del barrio. Yo probé varios curados, pero me quedo con el de piñón y con el de guanábana y pizca de canela. Como dato final: En cada mesa hay un bote estilo salero pero con bicarbonato, y sirve para evitar que el pulque se siga fermentando en tu panza y así no te inflames y por lo tanto, ¡te quepa más! (esta es, literalmente, información que cura).
Dirección: Isabel la Católica 250. Col. Obrera
4. DOS NACIONES
Lo primero que ves en la entrada es un letrero que dice: “Museo de tragos y arrabal”. Ya con eso está dicho todo. Está ubicada en pleno Centro Histórico y fue establecida hace más de 60 años. Al entrar pareciera que el tiempo se congeló y se quedó instalado en aquella época. El día que fui pedí la clasiquísima cuba y cerveza de barril. Lo que impresiona son esos 14 tiempos de botana que se ofrecen, de los cuales solo pude con el caldo de camarón, la pata de res en escabeche con pico de gallo (la mejor, sin duda), la fabada con frijoles peruanos y el chile relleno bañado en salsa de tomate. De variedad espontánea llegan trovadores urbanos, desde “beatlemaniacos”, hasta los imitadores de Elvis; obviamente hay una rockola con un número de títulos para la vida. En el segundo piso hay una pista donde se mantiene la tradición del baile con ficheras, todo un pintoresco viaje al pasado.
Dirección: Bolívar 58. Centro Histórico
5. LA VILLA DE SARRIA
Establecida en 1940, pequeña y sin pretensiones, es la cantina de barrio más tradicional de la Roma Sur. Se ubica en contra esquina del Mercado Medellín. Es el lugar ideal para llegar pidiendo una bola (así le llaman los chilangos a la copa “Chabela” de cerveza) y a partir de ahí, ir degustando cada una de sus botanas, que están soberbias: sopa de lentejas, caracoles en adobo de chile morita, tacos dorados de papa y tacos suaves de corazón de res. La salsa roja de habanero está imponente; puedo decir, sin temor a equivocarme y porque lo sé de cierto, que es uno de los mejores lugares para curar una cruda de aquellas.
Dirección: Monterrey 254. Roma Sur
6. EL SELLA
A este lugar me llevó una amiga, de las más conocedoras que tengo en la materia. Para mí, es una de las cantinas donde mejor se come y se bebe. Este emblemático sitio está ubicado en medio de una zona de hospitales en la Colonia Doctores. Está lleno de médicos y gente de los alrededores; es el sitio ideal para quien guste de ir a beber acompañado de una botana de altura. La mayoría busca la especialidad de la casa, que es el chamorro de puerco jugoso con grasita, especial para enriquecer el alma y darle chamba a los cardiólogos; y es que en verdad, es una versión suculenta.
Yo de pura entrada me aventé un jerez derecho y un jugo de carne; al centro fuimos pidiendo como sigue: una tortilla española con chorizo asturiano, unos increíbles pulpos a la gallega y el imperdible chorizo a la sidra. Acompañamos con tequila blanco y cerveza clara. Rematamos con un Pacharán Basarana, que es un licor de bayas con aroma intenso y afrutado, tradicional del norte de España, del cual se dice que es un puente entre la comida y agarrar la fiesta… y sí.
Dirección: Doctor Balmis 210. Col. Doctores
7. SALÓN ESPAÑA
Aquí llegué por casualidad. Un buen día salí de una exposición fotográfica en el Antiguo Colegio de San Ildefonso y al caminar una cuadra, apareció este lugar. Entré y comprobé por qué es una de las cantinas más tradicionales del Centro Histórico. Fue fundada en 1925, y ahí encuentras una carta con más de 170 etiquetas de tequila. En este lugar se siente ese placer lúdico que debe brindar una auténtica cantina y bueno, que decir de su comida, el mixiote es un estelar, aunque no se quedan atrás el pozole, la paella y el chamorro.
Dirección: República de Argentina 25. Centro Histórico
8. EL LEÓN DE ORO
Establecida en 1954, ubicada en la Colonia Escandón, pegadita a la Condesa. Es una cantina tradicional donde se respira la nostalgia del México antiguo al escuchar los tríos en vivo que amenizan las tardes. Las botanas son muy buenas. El día que estuve allí para mí fue: cerveza obscura, tequila blanco, sopa de médula, chicharrones de puerco bien crocantes y taquitos de nana (matriz de la puerca) con cueritos. Lo más parecido a la felicidad.
Dirección: José Martí 103. Col. Escandón
9. SALÓN PARÍS
Ubicada en el emblemático barrio de Santa María la Ribera, es una de las de mayor tradición en la ciudad, fue la primera cantina chilanga donde cantó José Alfredo. Pero además hay buenos tragos, buena comida, buena atención y se respira el barrio. Botanas que sobresalen: las patas de cerdo, la mojarra frita y el chamorro.
Dirección: Jaime Torres Bodet 152. Santa María la Ribera
10. SALÓN COVADONGA
Es un lugar clásico de la Roma, entre la clientela encuentras desde viejos jugando dominó, artistas, escritores, hipsters, extranjeros y demás despistados bebiendo una típica bebida chilanga: el calimocho (vino tinto con refresco de cola), y viendo un partido de futbol en la TV. Digamos que este es un lugar más social, para conversar, cenar o precopear. La comida es buena, he aquí dos platos por excelencia: pulpo a la gallega y torta de jamón serrano con manchego y verduras encurtidas. Si les gusta el ambiente cantinesco y estar bien atendidos, este es el lugar indicado, los meseros son unas cuerdas.
Dirección: Puebla 21. Roma Norte
11. EL HIJO DEL CUERVO
Es todo un clásico de Coyoacán. Básicamente la gente asiste aquí a tomar cerveza por jarra y a escuchar rock variado. El ambiente es relajado, pasan los años y sigue intacto: gente tranquila sin poses y uno que otro extranjero; aún sigue teniendo una terraza con mesas para quienes gusten de ver la vida pasar respirando aire coyoacanense. Este lugar siempre está lleno, hay que reservar.
Dirección: Jardín del Centenario 17. Coyoacán
12. LA POLAR
Aquí son especialistas en birria desde 1934. La barbacoa de chivo humea todo el día y los meseros sirven la cerveza, los clamatos y los tequilas a toda velocidad. Es todo un oasis para los crudos. Y como el ambiente de cantina, no sólo se hace con la gente, la bebida y la comida, también hay mariachis todo el tiempo que puedes contratar para que te canten en tu mesa y se ponga uno más feliz.
Dirección: Circuito Interior 129. Col. San Rafael