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18 miedos que solo los venezolanos podemos entender

Venezuela
by Maholy Rossell 20 Jan 2016

1. Leer inmediatamente después de comer.

Esto es uno de los mayores traumas: pensar que si tienes el estómago lleno y lees, te morirás “de seguro”. Por eso muchos pasan hambre al estudiar… y quizás por eso a muy pocos les gusta leer después de comer. Me atrevería a decir que también hay quienes usan esto como excusa para estudiar.

2. Que una mujer con pelo malo te corte el cabello.

Significa que tu cabello se pondrá malo también, volviéndose maltratado o descuidado. Así que, en los salones de belleza, lo más probable es que a esta tipa de “pelo malo” la pongan a lavar el cabello de los clientes o hacer tintes, ya que si cortara el pelo, no tendría mucha clientela.

3. Los Chinazos.

Sobre todo cuando se está hablando en un lugar abierto, nunca faltará alguien que agarre cualquier expresión que se preste para otro sentido y la convierta en un “Chinazoooooo”. Que, como sabemos, desencadenará un posterior “Chalequeo”.

4. Encontrar un zapato sobre la mesa.

Significa que habrá una discusión seria en la casa. Como mínimo, si encuentras un zapato en la mesa tendrás una discusión con el dueño de dicho calzado… por ser desordenado.

5. Manejar en Caracas, Coro o Maracaibo.

Es terrible manejar en cualquiera de estas tres ciudades. En Caracas, si no estás en una cola durante horas, la velocidad mínima de los vehículos a tu alrededor será de 120Km/h. En Coro, todo el mundo se atraviesa y no seden el paso. Y en Maracaibo… porque manejan a lo loco, tanto así que la vuelta en “U” es considerada una “Maracuchada” a nivel mundial.

6. Alimentarse con pan quemado…

“El pan quemado alimenta al diablo y si es con mantequilla alimenta a la diablilla”. Quién sabe qué trato ha hecho el panadero con que el pan se le pase de cocción.

7. O destapar una galleta Oreo y que no tenga “cremita”.

Este suele ser una frase de “chalequeo” entre panas: “no te deseo mal, pero ojalá que destapes una Oreo y te venga sin cremita”. Uy, ¡Qué miedo!, ¡cuánta maldad!

8. Escuchar un silbido a lo lejos (o a un motorizado).

Pensarás que el silbón o un maleante están al acecho, aún más si estás caminando a horas de la noche y todo está solo. La piel de gallina y un frío en el estómago te hará apresurar el paso. Y si tuvieras que elegir a uno de los dos, no tendrías idea si prefieres al personaje fantástico o al criminal mítico.

9. Escuchar a un gato maullando en el techo o a un perro aullando por la noche.

Si es un gato, indica que un “seretón” te está observando y puede entrar a tu casa. Según el mito, debes tener espejos en la sala para que el animal tome su forma humana de nuevo y lo puedas espantar.

Si es un perro, significa que alguien va a morir o que algún espanto está en tu casa. Quizás comiences a imaginar sonidos de cosas acercándose a tu habitación. Si tienes ganas de ir al baño, te aguantarás hasta el amanecer.

10. Que alguien te barra los pies (siendo mujer).

Si eres una persona para la que el matrimonio es importante… aléjate lo más que puedas de quien esté barriendo, o ¡nunca te casarás! Si de todas maneras tus pies son barridos, échale un empujón al que lo hizo como “remedio”.

11. Que tu mamá te llamé con tu nombre completo.

O que use tus dos nombres de pila para llamarte. Justo en ese momento sabes que algo hiciste mal y solo te queda bajar la cara y aguantar el regaño…

12. Que, cuando estés feliz y contento sin hijos, una lechuza vuele sobre tu casa en la noche.

El vuelo de la lechuza señalaría que una de las mujeres del hogar está embarazada. Lo más probable es que, al día siguiente, las mujeres en edad reproductiva de la casa se hagan una prueba de embarazo.

13. Causar turbulencia en el mar si una mujer entra con el periodo…

Comentario de abuelitas, o creencia que cae en desuso. En el imaginario de los pescadores venezolanos, el mar es una mujer que se pone particularmente celosa si otra mujer ingresa con su período. ¡Otra que cacería de brujas y de sirenas!

14. Ofender o retar a tus padres.

Los venezolanos temen mucho a esta actitud porque te puedes “morir con la mano levantada”: ¡qué vergüenza para el muerto enterrarlo así! La creencia también indica que al muerto alguien deberá regañarlo para que la mano vuelva a su lugar.

15. Siendo un niño pequeño, esconderte debajo de la mesa…

Porque “¡jamás crecerás y te quedarás enano!”. Si habrán creado traumas infantiles con esta idea. No sé cómo hacen para explicar los casos en los que ese niño o niña termina siendo mucho más alto que los adultos.

16. Mirar directamente a un sapo.

A ningún venezolano o venezolana se le ocurriría besar a un sapo para que se convierta en príncipe… porque tendría terror a que el animalito orine en sus ojos y lo deje ciego. Si, si, todos los ciegos que conoces por ahí, es porque miraron directamente a un sapo.

17. Llamar a un sonámbulo por su nombre.

Porque se vuelve loco y puede comenzar a destruir todo lo que encuentre a su paso. ¡Qué miedo! Casi como una película de zombies, solo que en la vida real.

18. Encontrar un huevo roto.

Significa que alguna parte de tu cuerpo se romperá también, como dice el dicho “huevo roto pierna rota”. Ay no, ¿alguien conoce un antídoto para esto?