Sí, quizás de niño soñaste con la idea de vivir en un país de cuento, frente a un paisaje boscoso lleno de nieve, con una chimenea encendida, tu futuro libro favorito y una taza de chocolate caliente. Y resulta que, por la razón que sea, se hizo realidad tu sueño y ahora, en pleno enero no pides otra cosa que escapar a alguna playa soleada o ya de jodidos a algún lugar del mundo donde el día no se acabe a las cuatro de la tarde. Si la situación te suena familiar, este post es para ti.
Mini guía de supervivencia para latinos (no australes) viviendo inviernos extremos
La realidad es que el invierno es hermoso y también puede ser una pesadilla, sobre todo para los que no crecimos acostumbrados a lidiar con sus contras y, sobre la marcha y a punta de madrazos, hemos tenido que aprender a sobrevivir días a -30ºC. He aquí una pequeña guía para hacerte la vida, si no más fácil, menos miserable durante estos meses.
1. Invierte en la ropa adecuada.
Dicen los noruegos que no hay mal clima, sino mala ropa. Es cierto que la gabardina impermeable con relleno aislante y tratamiento especial puede ser algo cara, pero créeme, vale cada centavo y va a hacer la diferencia entre salir al exterior y disfrutar el paisaje, o pasar meses encerrado y deprimido. Vestirse en capas es también indispensable en climas extremos.
2. Toma vitamina D.
Mucha gente asegura que el invierno la deprime, y esto se puede deber a varios favores. De entrada el Trastorno Afectivo Estacional es un padecimiento real y más frecuente de lo que imaginamos. Se manifiesta con pérdida de energía, irritabilidad y ansiedad, depresión y otros síntomas, exclusivamente durante la temporada otoño-invierno. La falta de luz es una de sus causas, que a su vez está ligada con la deficiencia de vitamina D; ésta última es un nutriente esencial para el sistema inmune y las funciones del cerebro, y el cuerpo la obtiene al exponerse a la luz solar; el problema es que para los que pasamos el invierno cerca de los polos, las horas de luz son escasas y los días soleados aún más. Así que consultar a tu médico sobre el tema y que éste te recomiende la dosis adecuada, es una buena idea. Notarás la diferencia en unos pocos días.
3. Sal de la cueva.
Cuando afuera la temperatura está en números negativos, la tentación de quedarse en casa con una cobija encima y una bebida caliente es muy alta. Y no está mal, mientras no lo hagas todos los días. Quizás salir a caminar a -10º, aunque el sol brille, no es una idea que pasaba por tu cabeza cuando vivías en tu rincón tropical del mundo. Pues con la ropa adecuada, te aseguro que pasear por un bosque nevado y pararte en los lagos congelados, es una experiencia no sólo singular, sino pacífica e inspiradora. Los beneficios de ejercitarse con frecuencia están comprobados y qué mejor que aprovechar para tener algo de contacto con la naturaleza.
4. ¡Experimenta!
Sí, es probable que nunca en tu vida hayas tocado un par de skis y la idea pueda parecer un poco escalofriante, pero la magia del invierno está en todas las diferentes actividades que puedes hacer durante la estación. Si lanzarte desde lo alto de una montaña no es lo tuyo, prueba patinar en hielo, deslizarte en trineo desde una colina nevada, correr o caminar en la nieve (con los correspondientes snowshoes), hacer Cross Country Ski, Tubing, Fatbike… La lista es larga, lo importante es experimentar hasta encontrar un hobbie invernal que se adapte a tu estilo de vida, rutina, y sobre todo, te motive a salir de la cueva y disfrutar del invierno.
5. Aprende a manejar en la nieve.
Sí, sé que este punto en específico es muy intimidante. Cualquiera que haya sido víctima del “black ice” y haya sentido como los frenos dejan de responder y el coche simplemente se patina, sabrá lo estresante e incluso terrorífica que esta situación puede llegar a ser. Pues si en tu nueva ciudad de residencia cae nieve frecuentemente y usas el coche en tu rutina, es probable que te enfrentes a lo antes descrito. Lo mejor es perderle el miedo desde la primera nevada y lanzarte a practicar a alguna zona no transitada de tu ciudad, en un horario prudente. Así sabrás reconocer el efecto de la nieve y el hielo en tu vehículo y aprenderás a responder de la mejor manera. Mejor que pasar el primer susto en pleno freeway a hora pico.
6. Mantén una vida social activa.
Sé lo difícil que puede ser pasar las fiestas invernales lejos de tu familia, tu lugar de origen y las tradiciones de toda la vida. También sé lo difícil que es a veces levantarse de la cama cuando afuera cae nieve y el frío se cuela hasta los huesos. Pues para estos males, nada mejor que una buena charla con amigos y gente que está pasando por situaciones similares a las tuyas. Los amigos juegan un papel importantísimo en el proyecto de pasar un invierno agradable. Es más fácil comprometerte con tus nuevos hobbies invernales cuando éstos son en grupo, y las tardes de café caliente frente a la chimenea toman sentido con una buena charla. Es maravilloso sentirte acompañado en la aventura.
7. Elige departamento en lugar de casa.
Si das prioridad al espacio y la privacidad que te ofrece una casa, prepárate para palear kilos de nieve a temperaturas bajo cero. Por ley, tu banqueta tiene que estar libre de nieve, así que considera varios metros de esfuerzo (a veces a diario). No hablemos de recoger las toneladas de hojas en otoño y cortar el pasto en verano. Si, por el contrario, decides vivir en un complejo de departamentos asegúrate de que el mantenimiento esté incluido, y todo lo anterior estará en manos de los profesionales y tú podrás aprovechar tu tiempo en actividades más placenteras.
8. Aprende a disfrutar el tiempo a solas.
Habrá días en los que, por más motivación que tengas, la tormenta de nieve no te permitirá poner un pie fuera de casa y es probable que tus amigos tampoco puedan hacerlo, así que ahí estarás, enclaustrado en tu morada con la calefacción y el aburrimiento a tope. Así que cultivar alguna afición que te ayude a disfrutar el tiempo contigo, siempre ayuda. Desde leer un género nuevo, engancharte con una nueva serie, hasta preparar cerveza, o hacer un máster casero en repostería francesa, tú pones los límites. Y como dicen las abuelitas mexicanas, las penas con pan son menos, así que no está de más aprender a preparar un platillo de emergencias, algo que te levante el ánimo en las tardes más grises.
9. Haz Home Office.
Sí, tu espíritu de trabajador responsable puede tratar de convencerte de ignorar la alerta de tormenta de nieve con tal de cumplir y llegar a trabajar a la oficina (sobre todo si vas empezando). Y pueden suceder varias cosas. En el mejor de los casos, puede que tardes unas tres horas en llegar al trabajo por las condiciones climáticas sólo para darte cuenta de que todo el mundo se quedó a trabajar desde casa. Siempre es mejor leer bien la política de la empresa con respecto al home office y las emergencias climatológicas, y hacer uso de ella sabiamente.