Mini guía para entender la epidémica impuntualidad de los mexicanos
La puntualidad es un rasgo del que los mexicanos preferimos no hablar. Nos da penita aceptar uno de nuestros mayores defectos y siempre queremos mostrarnos como la excepción a la regla o fingir demencia cuando el tema sale a la conversación. La verdad es que nuestra impuntualidad raya en lo patológico y aunque existen casos reportados de mexicanos puntuales, lo común es encontrarse con que tenemos una interpretación bastante torcida del tiempo. A continuación, les dejo una guía para entender estas “torceduras temporales” y adecuarlas a la realidad. Como dicen por ahí… más vale prevenir.
Cuando un mexicano dice: “Llego en un ratito”.
En realidad quiere decir: “Todavía tengo la firme intención de ir y eso es algo que deberías valorar”.
Cuando un mexicano dice: “¿Qué crees? Voy súper tarde”.
En realidad quiere decir: “¡Por favor dime que tú también vas tarde y que mejor nos vemos otro día!… Y no te enojes, porfis”.
Cuando un mexicano dice: “Ya voy para allá”.
En realidad quiere decir: “Voy a ir para allá”.
Cuando un mexicano dice: “Voy de salida”.
En realidad quiere decir: “Estoy prendiendo el boiler”.
Cuando un mexicano dice: “Güey, ya llegué”.
En realidad quiere decir: “Prácticamente ya estoy ahí, sólo tengo que cruzar otros tres semáforos, buscar donde estacionarme, pasar al Oxxo, encontrar la dirección… Ahorita te aviso, ¿sale?”
Cuando un mexicano dice: “Los espero en mi casa como a las nueve”.
En realidad quiere decir: “Los espero en mi casa desde las diez, pero de preferencia lleguen poquito antes de las once, aunque ya sé que van a llegar cuando se les pegue la gana”.
Cuando un mexicano dice: “Nada más paso por unos amigos y me lanzo a la fiesta”.
En realidad quiere decir: “Es probable que no llegue, tal vez te llame a horas inconvenientes para saber si la fiesta sigue en pie y, de ser así, podría ser que ahora sí llegue… pero tampoco te puedo asegurar nada.”
Cuando un mexicano dice: “¿Dónde estás? Llevo quince minutos esperándote”.
En realidad quiere decir: “Acabo de llegar, pero me toca hacerte sentir mal por impuntual”.
Cuando un mexicano dice: “Llego en cinco”.
En realidad quiere decir: “Llego en veinte”.
Cuando un mexicano dice: “Llego en quince”.
En realidad quiere decir: “Llego en media hora… cuarenta minutos máximo”.
Cuando un mexicano dice: “Llego en media hora”.
En realidad quiere decir: “¡Ya valió madres! Se me hace que no llego…”
Cuando un mexicano dice: “No pasa el camión” o “Es que se va parando el Metro”.
En realidad quiere decir: “¡Ahora sí ya valió madres en serio!”.
Cuando un mexicano dice: “Ahorita”.
En realidad quiere decir: “El tiempo es tan complejo y el futuro es tan incierto que no vale la pena establecer responsabilidades a priori”.
Cuando un mexicano dice: “Al ratito lo hago”.
En realidad quiere decir: “Voy a necesitar que me recuerdes lo que tengo que hacer… pero recuérdamelo en un ratito, plis”.
Cuando la invitación dice: “La boda será a las seis”.
En realidad quiere decir: “La boda debería empezar a las seis y media, pero en realidad a esa hora seguiremos esperando que llegue la novia”.
Cuando un mexicano dice: “En un momentito lo atienden”.
En realidad quiere decir: “Usted tranquilo, cualquier pancho de su parte podrá ser utilizado en su contra”.
Cuando un mexicano dice: “Salió a comer, pero no debe tardar”.
En realidad quiere decir: “Yo que tú, regresaba mañana”.
Cuando un mexicano dice: “Llegó a barrer”.
En realidad quiere decir: “¡Llegó a tiempo!”
Cuando un mexicano dice: “Vamos con buen tiempo”.
En realidad quiere decir: “Podría ser increíblemente tarde… ¡y no lo es tanto!”
Si adoptan estas interpretaciones al pie de la letra lograrán evitar frustraciones, enojos y largos tiempos de espera. Pero tengan cuidado, adaptarse a estos extraños ritmos puede acercarlos peligrosamente al mal del “qué tanto es tantito tarde”. Recomiendo el uso de esta guía con mucha autocrítica y responsabilidad.