4. La gente se divide en dos grupos: los peregrinos y los posaderos.
Los peregrinos dan vuelta a toda la calle con un nacimiento, velas y cantando letanías. Los posaderos responden a las letanías de los peregrinos desde la casa.
5. La primera vez que los peregrinos piden posada, se niega y hay que volver a dar la vuelta a la calle. Sí, ¡aunque haga frío!
6. ¡Se deja entrar a los peregrinos! Y a ritmo de “Entren santos peregrinos”, se prenden luces de bengala y se reparten colaciones.
7. Ahora sí, es la hora de la piñata.
La piñata puede estar rellena de dulces, fruta o sorpresas. Se llena desde un día antes y casi nunca se saca antes del momento adecuado porque todo el mundo se empieza a asomar a ver que tiene adentro.
8. Para romper la piñata se forman primero los niños y van pasando de uno en uno.
Hay un montón de canciones populares y depende de las tradiciones de tu familia y amigos a ritmo de cual la rompen. Eso sí, los ojos deben ir vendados.
9. Y cuando se rompe, ¡todos al suelo! Gana el que recoja más cosas.
10. Después de la piñata, se regala ponche a los asistentes.
El ponche se prepara con piloncillo, guayaba, manzana, jamaica, tamarindo, canela, tejocote y, por supuesto, puede llevar piquete.
11. Ahora sí, comienza la música, el baile, el ponche con más piquete, más piñatas, cohetes y lo que se te ocurra. ¡Los detalles ya dependen de ti!
Como puedes ver, ¡es fácil organizar una posada muy mexicana donde quiera que te encuentres!
¡Muy feliz Navidad! 