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Mini guía para sobrevivir tu primer verano en Galicia

by Ana Bulnes 2 Jul 2015

1. No vayas a Ourense en plena ola de calor.

A no ser que seas de esas personas que son felices con temperaturas por encima de los 40ºC, cambia la fecha de esa excursión a Ourense si oyes hablar de ola de calor. Si en el resto de Galicia estamos a más de 30 grados, en la ciudad de las termas suele haber unos diez más.

2. Puedes asistir a una actuación de la orquesta Panorama, compartir fotos en redes sociales y seguir manteniendo tu reputación de persona con gustos musicales exquisitos.

No te preocupes por si alguien te ve y no frenes esos impulsos que sentirás de bailar, cantar y comentar con admiración lo bien montado que tienen el espectáculo. Imagina tu próxima conversación con amigos hipsters cuando vuelvas a casa: “¿U2? Eso es porque no habéis visto a la Panorama”. Válido también para la París de Noia.

3. Si quieres ir a las Cíes un fin de semana de calor, deja de leer esto y compra los billetes ahora mismo.

Improvisar está muy bien, pero sería una pena hacer todo el viaje hasta Vigo o Baiona un sábado de sol para que al llegar a la Estación Marítima te miren con la condescendencia con la que se mira a los turistas y te digan que claro que no hay plazas. Que si quieres puedes ir dentro de dos semanas.

4. No, no es buena idea comer en una fiesta gastronómica y cenar en otra.

Entendemos que recién aterrizado en Galicia en verano te sientas abrumado ante la cantidad de fiestas que giran alrededor de la comida y la bebida a las que puedes asistir y que las quieras probar todas. No lo hagas. Tu estómago te agradecerá que te limites a una por día, así que escoge: ¿pulpo o langosta? ¿ostras o pan? ¿Albariño o Monterrei? Y no te preocupes, no pasarás hambre.

5. Consulta la previsión meteorológica.

Todos los días, en distintas fuentes, varias veces al día. El tiempo en Galicia varía tanto en el tiempo como en el espacio, lo que significa fundamentalmente dos cosas: que una mañana gris puede dar una tarde de playa (si nos preguntamos tanto si abrirá es porque sabemos que muchas veces ocurre) y viceversa, y que los 30 grados de Vigo no significan que sea buena idea ir en vestidito a A Coruña. Puedes también buscar en Twitter antes de salir: es muy probable que haya alguien comentando el tiempo que hace en el lugar al que vas.

6. Los domingos de sol, evita las carreteras de vuelta a las ciudades desde las playas a partir de las 8 de la tarde.

¿Quieres poner tu tranquilidad conductora a prueba? ¿Quieres descubrir si de verdad te relajas tanto cuando estás de vacaciones? Métete en un atasco de gente que vuelve de la playa. Puedes ir cancelando los planes que tenías para esa tarde-noche…

7. Etiqueta tus fotos de verano idílico gallego con la etiqueta #Galifornia.

Harás amigos, ganarás likes y provocarás la envidia de todos esos que te dijeron que qué mala idea de vacaciones, que una vez habían pasado un verano en Galicia y había llovido todo el rato.

8. El 25 de julio no es el único día en el que puedes visitar Santiago.

Hay mucha gente que no sabe esto: lo de los fuegos artificiales en los que se quema la Catedral es muy impresionante (aunque solo lo verás bien si acampas todo el día para coger sitio en el Obradoiro o en ese rinconcito de la Alameda desde el que se hacen todas las fotos para postales), pero no pasa nada si vas a Compostela otro día. De verdad. La Catedral tiene su encanto también cuando no está en llamas y las calles de la zona vieja son mucho más agradables cuando no tienes que compartir cada metro cuadrado con diez personas más.

9. No todo es costa y grandes ciudades.

Los atractivos de la costa gallega son evidentes, especialmente en verano con sus playas y la brisa marina y los acantilados y las islas, pero el interior también tiene mucho que ver en los meses estivales. Adéntrate por el Courel, por la Ribeira Sacra, por los Ancares… Descubre playas fluviales en las que bañarte y decidir que después de todo en la costa el agua no estaba tan fría, bosques en los que ni los eucaliptos ni el fuego se han comido todavía a los carballos (robles), pueblecitos perdidos en los que aún queda gente.

10. Hagas lo que hagas, coge esa chaqueta.

Si solo vas a aprender una cosa de esta lista, que sea esto: no dejes nunca la chaqueta en casa.