A través de fotos, vídeos y de historias contadas por abuelos y padres podemos imaginar la dureza con la que la posguerra española inundaba todo el territorio. Más aún si cabe en ciudades insignificantes como en aquel momento lo era Almería. En este pedazo de tierra asolada y alejada en lo más recóndito del mapa peninsular, es donde nace el Movimiento Indaliano para llenarlo todo de luz y de color y para dar vida no solo al polvo y al barro de ese momento sino también al espíritu de su pueblo en tales circunstancias.
Todo lo que tienes que saber acerca del Movimiento Indaliano almeriense
¿Qué es exactamente el Movimiento Indaliano?
Se trataba de un movimiento cultural que abarcaba diferentes expresiones artísticas como la escultura, la escritura y, sobre todo, la pintura. Este movimiento tenía entre sus intenciones mostrar al mundo la entidad de la ciudad y de la provincia de Almería destacando en sus creaciones como eje primordial la luz y el sol. A esto hay que sumarle el carácter almeriense y la esencia de sus habitantes representado también en gran parte en estas obras.
¿Cuándo y cómo?
A mediados de la década de los años cuarenta se inician una serie de tertulias en el Café Granja Balear, donde se reunía gente del mundo del arte, de la cultura y de las letras. Algunas de las personalidades que solían frecuentar las tertulias eran Celia Viñas (profesora y escritora), Fernando Ochotorena (profesor) y Juan Cuadrado (arqueólogo, primer director del Museo Provincial y profesor de dibujo), además de todo tipo de personas interesadas como médicos, músicos, periodistas, etc. Las reuniones se llevaban a cabo también en el Café Viena, en el Círculo Mercantil, en el Café Bar Miami o en el Café Puerto Rico, acompañadas por el pintor y escultor almeriense Jesús de Perceval. De aquí nacerá este movimiento liderado por Perceval y conocido como “el grupo de los siete”, ya que quienes lo llevaron a la culminación fueron Francisco Alcaraz, Luis Cañadas, Francisco Capulino, Antonio López Díaz, Miguel Cantón Checa, Miguel Rueda y el mencionado Jesús de Perceval.
Posteriormente, a medidos de la década de los sesenta, este movimiento artístico comienza a decaer. Los nuevos integrantes de esta corriente —Pituco, Francisco García Jiménez, Miguel Martínez y Juan Ayala Cuerva, entre otros— no consiguen el triunfo de “los siete”, por lo que finalmente su reconocimiento queda sólo a nivel local.
¿Quién era Perceval?
Jesús de Perceval (Almería 1915-Almería 1985) fue un célebre pintor, escultor, académico de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando e Hijo Predilecto de la Ciudad de Almería. Este artista, además de liderar el Movimiento Indaliano, expondría sus obras en Múnich, Roma, París, Argentina, Chile y Bolivia, ganando a lo largo de su trayectoria profesional distinciones como la Medalla Regional de Andalucía en 1934 y la Medalla de Oro de la Exposición Internacional de París de 1936.
En su estilo expresionista refleja el gusto por lo clásico con iconos que rememoran la infancia, la naturaleza y la cultura del mediterráneo. Influenciado por Ignacio Zuloaga, Giorgio de Chirico y por Pablo Picasso, consigue alcanzar gran prestigio dentro del arte moderno español. Pero se niega a alejarse demasiado de su provincia natal, lo que hace que no alcance la gloria que alcanzarían otros artistas de la época fuera de España, llegando finalmente a no ser muy reconocido fuera del país.
¿Cómo son las obras del Movimiento Indaliano?
Se trata de obras de pintura costumbrista que muestran a campesinos y a gentes del campo, a mujeres y a niños, barrios y pueblos como el barrio de La Chanca de la capital almeriense o el pueblo de Vélez-Blanco, y paisajes de la provincia como montañas áridas y desierto. Se considera de una pintura realista y moderna que plasma paisajes y costumbres de Almería; y que está llena de tonalidades vivas y con mucho color.
¿Cuándo estalló el éxito?
Este movimiento tuvo su máxima notoriedad cuando en 1947 el “grupo de los siete” fueron invitados a exponer en el Museo Nacional de Arte Moderno de Madrid por Eugenio D’Ors —escritor, ensayista, periodista, dibujante, filósofo, crítico de arte y director general de Bellas Artes en aquel momento—. Al año siguiente, en 1948, repiten triunfo exponiendo en el VI Salón de los Once de la Academia Breve de Crítica de Arte —primera academia de promoción y difusión de arte moderno y contemporáneo de la posguerra e impulsada también por Eugenio D’Ors y cuya actividad tuvo lugar desde 1942 a 1954—. Posteriormente, en 1951 algunos de los integrantes del grupo exponen en la Primera Bienal Hispanoamericana de Arte en Madrid promovida por el Instituto de Cultura Hispánica y el Ministerio de Educación Nacional. Otorgando todo ello prestigio y renombre al arte y al panorama cultural almeriense de la época.
Diversidad de opiniones
Aunque el Movimiento Indaliano fue un halo de esperanza para la cultura de la ciudad de Almería y para el arte moderno en general, también había quien creía que esta corriente artística intentaba promover la sociedad más conservadora, pues también sirvió para recuperar los valores tradicionales del sur frente a los movimientos más vanguardistas del norte. El periodista Antonio Fernández Gil Kayros, biógrafo de Jesús de Perceval, diría en una ocasión “a mi modo de ver es un movimiento totalmente publicitario. Es una creación de Perceval y todo el sistema que estaba detrás de él, la Falange. Nace dentro de la dictadura como una vuelta al nacionalismo. Era un arte que ellos llamaban el nuevo orden y se fundamenta en la vuelta a la tierra, la línea, el colorido y las formas tradicionales”.
Años después del movimiento, Francisco Capulino, más conocido como Capuleto, uno de “los siete” y el primero en salir del grupo, diría en una entrevista “lo curioso del tema es que los de derechas dicen que éramos de izquierdas y estos últimos que éramos de derechas. Perceval sí provenía de una familia conservadora y de rancio abolengo aunque fuera un liberal irrepetible. Pero el resto tuvimos familiares que fueron fusilados por sus creencias republicanas”.
Su símbolo
El Movimiento Indaliano adopta ese nombre por la cultura almeriense del indalo. Este símbolo fue descubierto en la cueva de los Letreros de Vélez-Blanco en torno a 1868 por el arqueólogo almeriense Manuel de Góngora y Martínez. Algunas hipótesis sobre esta representación son la de un hombre sosteniendo un arco o sosteniendo un arco iris o la hipótesis de una especie de hechicero realizando algún ritual mágico. La cuestión es que este indalo, tras su descubrimiento se comienza a utilizar en la provincia como símbolo de buena suerte y se dibuja en la puertas de las casas para protegerlas de cualquier mal de la naturaleza o de presencia humana. Aún en la actualidad se sigue pintando para tales fines y como parte de la cultura popular almeriense, pero es más fácil encontrarlo de metal o de cerámica colgado en la pared y como souvenir.
Legado del Movimiento Indaliano
Para poder disfrutar y conocer gran parte del legado de este movimiento artístico se puede visitar el Museo de Arte de Doña Pakyta en la capital de Almería, en donde en cuatro de sus siete salas se exponen obras de diversos autores de esta corriente artística y cultural. Para los no conocedores de esta corriente artística este museo ha supuesto no solo una nueva experiencia cultural en la capital, sino también el recuperar y el reconocer gran parte de la obra que lo compone que refleja la idiosincrasia de la provincia.
Libros sobre el Movimiento Indaliano para saber más
Se ha hablado y se ha escrito mucho sobre este movimiento y sobre sus integrantes. Para saber más sobre la corriente artística, un libro muy interesante es Los Indalianos, editado por el Instituto de Estudios Almerienses, del autor Fausto Romero-Miura Giménez. En esta obra, Romero-Miura recoge en casi 500 páginas una serie de entrevistas que mantuvo cuando tenía 26 años con los fundadores del movimiento entre 1973 y 1975. Se trata además de una obra homenaje que recoge y abarca las ideas y pensamientos de los artistas. El propio autor revela que “el indalismo (como también se conocía a esta corriente cultural) era un movimiento joven, una especie de revolución”. Otros libros recomendados de la misma institución son La pintura de Jesús de Perceval y Jesús de Perceval. Dibujos.
Continuará…
Y aunque pueda parecer que esta corriente artística es ya solo objeto de exposición, la realidad es bien distinta. Carmen Pinteño (Almería 1937), artista experta en óleo y considerada una de las mejores pintoras de Almería del siglo XX, continúa la corriente costumbrista almeriense. Fue amiga de Perceval y ella misma indicaba en una entrevista sobre la continuidad de este movimiento que “yo tenía la idea de rescatar todo esto que forma parte de nuestra identidad”. Pinteño, además, ha sido galardonada con numerosos premios, entre los que destacan la Mención de Honor en el Salón de Verano de Nueva York (1995) o la Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Logroño (1964), entre otros.