Si en 2 horas pudieras estar en otro mundo, ¿a dónde irías? La capital del país más megadiverso es también el territorio más megadiverso. Si quieres cambiar de clima, paisaje y de experiencias sin tener que moverte mucho, Quito es el lugar perfecto. Ecosistemas moldeados por un pasado volcánico, por la rugosa topografía de los Andes y por los microclimas provocados por la rápida variación de altura da como resultado un contexto natural impresionante. Por eso te compartimos 9 experiencias totalmente diferentes de turismo de naturaleza y aventura a menos de 2 horas de Quito, que van desde cumbres de montañas y páramos, hasta cascadas y bosques subtropicales.
Megadiversidad a menos de 2 horas de Quito: conoce estos hermosos paseos de fin de semana
Roadtrip por 3 lagos
Al norte de Quito queda la provincia de Imbabura, la tierra de los lagos. Probablemente has escuchado sobre el mercado indígena más popular del país: Otavalo. Sin embargo, este lugar es más que cultura y gastronomía; es un lugar privilegiado por su diversidad de paisajes en los que predominan la presencia de grandes lagos que te permitirán llevar unas fotos memorables. Empiezas por el Lago San Pablo, que se lo puede ver desde la carretera Panamericana, el cual tiene facilidades para actividades y deportes acuáticos. El recorrido continúa desde Otavalo hacia lo alto de la montaña al páramo de las lagunas de Mojanda: tres cuerpos de agua extensos que destacan por su valor ecológico dentro de un sistema de humedales. Finalmente, tu recorrido continúa en dirección norte hacia Cotacachi, directamente al cráter de la montaña con el mismo nombre. El cráter es un lago de agua cristalina que puedes recorrer en bote, dando vuelta a los dos cerros que emergen como islas.
Las aguas termales de Papallacta
A menos de una hora de Quito, con dirección a la Amazonía, el agua caliente y la naturaleza son la combinación perfecta para relajarse; lo increíble es que lo hagas a 3.500 metros de altura sin tener frío. Es un lugar que te permite experimentar el agua en todas sus formas y, de hecho, es de donde viene el 50% del agua de la capital. Aguas termales, lagos, ríos, cascadas, humedales y a veces incluso nieve, seducen a los visitantes. Si te quedas solo en las piscinas y no caminas alrededor, te puedes perder la oportunidad de recorrer ecosistemas fascinantes.
Sendero accesible en el Cotopaxi
El volcán Cotopaxi, hacia el sur de Quito, es sin duda uno de los personajes más guapos de todo el Ecuador y su Parque Nacional es uno de los más visitados del país. Lo más increíble es que incluso lo puedes visitar en silla de ruedas. Frente al volcán, existe la laguna de Limpiopungo y, si te animas a darle la vuelta, puedes encontrar la mejor vista del afamado volcán por su reflejo en el agua. Existe un sendero de 3,8 kilómetros por el que, si vas con un par de acompañantes que ayuden a sobrellevar los tramos difíciles, es totalmente factible de recorrer con silla de ruedas. Eso también lo hace amigable para abuelitos, coche de bebés y personas con muletas. Es definitivamente un destino para todos.
El cañón del Pita y la cascada Cóndor Machay
El legado volcánico de los Andes no se encuentra únicamente en los picos, también se evidencia en las rupturas del suelo. Es el mejor encuentro entre geología y biodiversidad. El Río Pita nace del deshielo del glaciar del Cotopaxi y desciende por un cañón con varios cortes, uno de los cuales da lugar a la cascada Cóndor Machay, o “Nido del Cóndor” en quechua. Sus más de 80 metros de caída se vuelven un espectáculo y un refugio, tanto para la biodiversidad como para caminantes que buscan un aislamiento momentáneo del mundo cotidiano.
Ascenso al Rucu Pichincha
La montaña que bordea la capital es el mejor lugar para observar la vida citadina desde lejos. La transición desde el área urbana, pasando por el verde matorral de los 2800 metros sobre el nivel del mar, a los pajonales del páramo, termina en la negra roca de la cumbre a 4696 metros. Solo te toma un par de horas el ascenso de casi dos mil metros, una parte con la ayuda de un teleférico y, la otra, con tu propio esfuerzo. Si tienes suerte, la cumbre te recompensará con una vista panorámica de la ciudad y los volcanes nevados de los Andes ecuatorianos. Es una escapada rápida para montañistas y aventureros.
Nono, una muestra del campo andino
Adentrándose por las laderas del volcán Pichincha en dirección al oeste, existe un pueblo pintoresco, de casas antiguas, caracterizado por sus cultivos y pastizales. Es un paisaje rural que se asemeja a la imagen tradicional del campo, opuesta a los extensos monocultivos de la agricultura contemporánea. La accidentada topografía de los Andes ha protegido el suelo a través de pendientes empinadas que aún conservan bosques primarios y vegetación nativa. Esto ha creado un corredor ecológico que protege a un ecosistema saludable y conecta la cumbre del volcán Pichincha con bosques subtropicales. Gran parte del suelo es privado; para conocerlo, lo mejor es encontrar alguna hacienda que te reciba para vivir el ambiente local.
Al interior del cráter del Pululahua
¿Te imaginaste alguna vez dormir al interior del cráter de un volcán potencialmente activo? Esto es posible en el Pululahua, en donde hay una comunidad que vive en su interior y se dedica principalmente a la agricultura. Este cráter queda a pocos minutos de la Mitad del Mundo y es, sin duda, un lugar muy especial. Debido a la riqueza de su flora, se lo ha calificado como una Reserva Geobotánica. Puedes acampar o pasar la noche en alguno de los hostales en su interior, con una vista hacia el cielo contenida por las paredes del cráter.
Crédito: @caropro82
El bosque nublado del Chocó Andino
Al noroccidente de Quito hay una ruptura en la cordillera de los Andes y tienes uno de los accesos a la costa. En ese descenso, te encuentras con pequeños poblados que se han interesado por la conservación, el turismo y la agricultura entre bosques frondosos. Esta zona es parte del Chocó Andino que, en el 2018, fue declarado Reserva de Biósfera. Existen diversos destinos: Mindo es uno de los más famosos para la aventura, Mashpi o Pachijal para la contemplación, y otros rescatan el legado arqueológico de los Yumbos (tales como Tulipe, donde hay un museo de sitio).
Volcán Ilaló, el jardín de la ciudad junto a tu perro
Si quieres desconectarte de la ciudad sin irte muy lejos, el volcán Ilaló es un gran destino, al que además puedes ir con tu perro con libertad, sin que te prohiban el ingreso o te cobren más por recibirlo.
Se trata de una elevación de 3194 metros sobre el nivel del mar que te permite un ascenso rápido sin demasiado impacto por la altura. Es un reducto de naturaleza rodeado por los valles urbanizados alrededor de Quito, y está siendo amenazado por el crecimiento de la ciudad. Es una hermosa salida de medio día que puedes compartirla con tu mejor amigo de cuatro patas en una experiencia que seguramente será memorable. Desde la cima, tienes un mirador 360° de la cordillera de los Andes.
Como ves, si quieres diversidad en poca distancia y poco tiempo, Quito es tu destino ideal.