El inmenso imperio mexica se extendía de costa a costa, desde el centro del actual territorio mexicano hasta Centroamérica. ¿Pero hasta dónde llegó realmente su influencia? Dado que las fronteras no estaban delimitadas por puntos geográficos específicos, como ahora, la expansión mexica solo puede medirse por la influencia de su cultura en los distintos lugares a los que llegó.
Un ejemplo de lo anterior es el arte, que muchas veces coincide o se asemeja al difundido en el centro de México. Otra variable es la lengua, pues siendo el náhuatl el idioma de los negocios de aquel tiempo, es la que más se utilizó en todas direcciones.
Se dice que antes de la destrucción de Tula, Quetzalcóatl emigró con muchos de sus seguidores hacia el sur, hasta llegar a la zona maya. Sin embargo, la peregrinación no terminó ahí, pues muchos otros continuaron hacia Veracruz, Tuxpan, Tabasco y el Soconusco. Posteriormente, otros contingentes llegaron a Guatemala, Honduras, El Salvador y a la actual Nicaragua (los futuros nicaraos).
Es Nicaragua, entonces, el límite más lejano donde se deja ver la influencia de los pueblos del centro de México, que incluso se ve reflejada en el nombre de aquel país, pues muchas investigaciones coinciden en el origen náhuatl del nombre. Sin embargo, los autores no se ponen de acuerdo en cuál puede ser su traducción:
Esto último, Nic-Anáhuac, coincide con las fronteras culturales hechas por los emperadores mexica al enviar grandes grupos de personas a fundar nuevos pueblos.
Según la tradición oral y lo que nos cuenta Miguel de León Portilla en su obra “La religión de los nicaraos, análisis y comparación de tradiciones culturales nahuas”, los nicaraos debían viajar hacia el sur hasta encontrar un lago con dos volcanes que se levantaran de las aguas. Es decir, debían llegar a “ometepetl” o, como se le conoce ahora en Nicaragua, a Ometepe, la isla volcánica más grande del mundo en medio de un lago.
Así mismo, Motolinía cuenta que los nativos de Nicaragua hablaban la misma lengua de los mexica y que habían abandonado su lugar de origen en una época anterior a la invasión española. De igual forma, Torquemada nos dice que los nicaraos llegaron desde las tierras del Xoconochco (Soconusco), en el actual estado mexicano de Chiapas, que en aquel entonces pertenecía a los dominios del imperio mexica.
Ambos relatos dan cuenta de la estrecha relación entre los habitantes nativos del país centroamericano y los nahuas del imperio mexica, que habremos de recordar se encontraban en su máximo punto expansionista a la llegada de Cortés.
Esto nos permite que tal vez que los futuros nicaraos fueron enviados directamente desde Tenochtitlan para poblar nuevos territorios, sobre todo si tomamos en cuenta que -una vez de acuerdo a Motolinía-, aquel poblado de nicaraos no tenía más de 100 años de haber sido fundado cuando fue descubierto por los españoles, en 1522.
De León Portilla, Miguel, “La religión de los Nicaraos, análisis y comparación de tradiciones culturales nahuas”.