1. Te contaron hasta tres, te mandaron a ver si ya había puesto la marrana o te amenazaron con pasar nota de tus malas acciones a los Reyes Magos.
    2. Te despertaste temprano un domingo para ver a Chabelo.
    3. Has tenido que preparar chilaquiles, enchiladas o sopa azteca porque tienes un superávit de tortillas en tu casa.
    4. Te has enterado de alguna teoría de conspiración extraterrestre, cortesía de Jaime Maussan y el ser de Metepec.
    5. Has visto a Edgar caerse al río.
    6. Has comprado un manojo de cilantro, epazote o cempazuchitl.
    7. Te has curado una cruda a punta de consomé y barbacoa.
    8.  Has bailado, o has intentado bailar, las típicas de Caballo Dorado en una boda.
    9. Has esperado con ansias la llegada de noviembre nada más por el pan de muerto.
    10. Has estado involucrado en una partida de Maratón… aunque sea como la ignorancia.
    11. Has ido con tus amigos a acampar en una playita poco turística de la costa del Pacífico. Marquelia, Playa Paraíso, Mazunte, Chacahua, Maruata, Michigan, Sayulita… todas son opciones y hay un montón más. ¡Hay que ir a todas!
    12. Te has tomado una Tecate de lata.
    13. Has aplicado el “pica poquito” sólo por disfrutar del sufrimiento ajeno y fomentar el caos.
    14. Has visto una película en la que salga -por lo menos- uno de los Bichir.
    15. Has aplicado el “ya voy en camino” cuando todavía ni te metes a bañar.
    16. Has visto o escuchado las noticias con Jacobo Zabludovsky.
    17. Has sufrido un partido de la Selección.
    18. Has cantado una rola de Juanga o de Chente a todo pulmón… y no le eches la culpa a las copas, que el alcohol no hizo que te supieras toda la letra de un momento a otro.
    19. Te has encontrado, voluntaria o involuntariamente, en medio de una manifestación o una peregrinación.
    20. Te ha dado miedo alguna historia de La Llorona.
    21. Has dado el grito en medio de una multitud frenética, estando caracterizado con una bandera en el cachete o un Viva México Cabrones en alguna parte de tu humanidad.
    22. Te has enchilado hasta las lágrimas… también cuentan todas esas veces que te has tocado los ojos después de desvenar un chilito de árbol.
    23. Le has entrado con todo a un plato de mole poblano.
    24. Le has puesto un apodo a alguien o has tenido un apodo tan arraigado que la familia de tus amigos no se refiere a ti por tu nombre.
    25. Moriste de miedo con un episodio de Hora Marcada.
    26. Has experimentado echándole limón prácticamente a cualquier cosa.
    27. Has estado en una fiesta “familiar” donde no conoces a nadie.
    28. Le has echado tanta madre a una michelada que termina por saber más a salsa molcajeteada que a cerveza… y te la tomaste porque ese era el objetivo.
    29. Te has espinado con una tuna.
    30. Has tenido en casa una caja de cereal marca Maizoro.
    31. Has leído a Juan Rulfo.
    32. Te pusiste una guarapeta tequilera en tus años mozos… y todavía te acuerdas de dónde, cuándo, con quién, por qué te la pusiste y también que dejaste de tomar tequila por mucho tiempo después de eso.
    33. Has hecho fila para comprar tortillas.
    34. Has mandado a alguien a la chingada. Así, con todas sus letras y con ganas de que no regrese o que -de menos- se tarde un buen rato.
    35. Has comido Pulparindos, Miguelitos o cualquier dulce similar hasta que la boca y los intestinos te comienzan a arder.
    36. Has protestado porque te tocó el muñequito de la rosca.
    37. Has coreado el Cielito Lindo… Todos hemos pasado por esto, ¡todos!