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No es la selva: es el jardín botánico de Málaga

Málaga
by Pablo Piñero 16 Sep 2019

El Jardín Botánico de Málaga es uno de los grandes secretos de una ciudad conocida por sus museos, sus playas y su gastronomía. A las afueras, camino de Antequera, una enorme finca acoge a más de 25.000 plantas de 2.000 especies diferentes. El parque está diseñado para perderse una y otra vez, así que déjate llevar. Por si acaso, te dejamos este mapa que hemos encontrado en su web.

Viaje de novios: el inicio de un sueño


Jorge Loring y Amalia Heredia, marqueses de la Casa Loring, viajaron por toda Europa en su viaje de novios. Visitaron muchas villas, parques y palacios. Y se les ocurrió que ellos también podrían tener su propio homenaje a las plantas de todo el mundo. Por eso, a mediados del siglo XIX, unieron varias fincas agrícolas y fundaron el parque botánico La Concepción. Más de siglo y medio después, son muchas las parejas que eligen el jardín para sus fotos de boda o incluso para la celebración con los invitados.

Un jardinero francés: la clave del éxito


Jacinto Chamoussent, un jardinero francés, fue clave para la puesta en marcha de este jardín botánico: fue el encargado de seleccionar plantas exóticas y aclimatarlas a su nuevo entorno. Aunque Málaga tiene un clima similar al tropical (húmedo y temperaturas moderadas) hizo un trabajo excelente que casi 200 años después sigue luciendo estupendo en Instagram.

La colección arqueológica, envidia de toda Europa


Europa entera se rindió en el siglo XX a La Concepción. Y no solo por sus plantas, también por los restos arqueológicos reunidos en torno al llamado Museo Loringiano, un bonito templete de estilo dórico que hoy es uno de los emblemas del lugar. Hoy las piezas que componían la colección arqueológica se encuentran en el Museo de Málaga.

Nuevas instalaciones a mediados del siglo XX


A comienzos del siglo XX, Rafael Echevarría y Amalia Echevarrieta, un matrimonio procedente de Bilbao, adquirió el jardín. Ampliaron las zonas ajardinadas y añadieron numerosas esculturas contemporáneas. Poco después, en 1943, el espacio fue declarado Bien de Interés Cultural.

Titularidad municipal


En los años 60 la finca entró en decadencia. Cuando murió el matrimonio que lo compró, ninguno de sus herederos se encargó de él. Y en los años 90 el Ayuntamiento de Málaga lo compró por 600 millones de pesetas de entonces, poco más de 3,6 millones de euros actuales. En 1994 se abrió al público con fines didácticos y científicos.

Más de 25.000 especies


Hoy el Jardín Botánico de La Concepción está formado por más de 25.000 plantas pertenecientes de unas 2.000 especies diferentes. Hay un centenar de variedades de palmeras, unas 200 plantas locales y, del resto, la inmensa mayoría son tropicales y subtropicales. En cualquier momento del año, ya sea el caluroso verano o los momentos más fríos del invierno, siempre hay una planta en su momento cumbre. Perfecta para las fotos de recuerdo.

La explosión de color de la glicinia


El Cenador de Glicinia es uno de los lugares más significativos del recinto. Su nombre procede de una de las plantas más bellas de este jardín botánico, la glicinia, una especie trepadora originaria de China. Fue sembrada por los marqueses de Loring en 1957 y envuelve la estructura, que cada primavera —entre finales de marzo y comienzos de abril— se llena de color violáceo componiendo una de las imágenes más bonitas de La Concepción.

Perderse entre el bambú


El jardín cuenta con un bonito bosque de bambú negro que se extiende a lo largo de más de mil metros cuadrados. También cuenta con una estupenda muestra de bambú común con más de un siglo vida. Estas plantas se pueden ver junto a la llamada Casita del Jardinero y, sí, también hay quien sube sus fotos en plan influencer desde este rincón.

El estanque de la ninfa


Otro bonito rincón es el estanque de la ninfa, zona de estilo francés presidida por una obra del escultor Valentín Dueñas. A su alrededor hay numerosas plantas, entre las que destaca una palmera azul mexicana con más de cien años de antigüedad.

Jardín de suculentas


Los cactus también tienen un hueco especial en este jardín botánico malagueño. Está cerca del mirador y nació en 2009 después de una donación particular de Nikolaus Kornelly.

Flores para todos los gustos


En primavera, pero también a lo largo de todo el año, son numerosas las flores que inundan de color la finca de La Concepción. Desde las bonitas plumerías hasta nenúfares, pasifloras, flor de loto, begonias, lirio del Perú, hortensias, hibiscos…

La planta de moda llegó aquí hace mucho tiempo


La hoja de monstera deliciosa se ha vuelto omnipresente en los últimos años. Se utiliza en decoración, fotografía, pintura, estampados y mil y un sitios más. Pero a La Concepción llegó a finales del siglo XIX para rodear la zona de la cascada, con un bonito salto de agua que parece sacado de algún país tropical.

Las enormes raíces de los ficus


Los ficus y palmeras son algunas de las especies más monumentales de este jardín botánico y requieren un tratamiento especial como ancianos que son. Uno de los más espectaculares es el ficus de hoja de magnolio, con unas llamativas raíces que lo hacen muy especial. Es una especie originaria de Australia que en Málaga se usa mucho para ornamentar parques y jardines.

Grandes ejemplares


Plátanos de sombra, pinos piñoneros, cipreses, araucarias, palmeras, cedros o almencinos son algunas de las especies de árboles que también se pueden encontrar en el recorrido por La Concepción.

También hay hueco para las orquídeas y las insectívoras


Un antiguo kiosco de cristal junto a la entrada del jardín se ha aclimatado para albergar plantas insectívoras, orquídeas y bromelias. En el interior de esta estructura cuentan con una temperatura y humedad constantes, condiciones necesarias para la supervivencia de estas especies.

Y la fauna también acompaña


Gatos, ardillas, aves y numerosos reptiles e invertebrados como pueblan este enorme jardín malagueño donde, detrás de cada hoja, puede esperar una sorpresa.

Un espacio de ensueño


Puentes colgantes, estanques, arroyos, senderos, escaleras… El jardín botánico de Málaga es para pasearlo una y otra vez hasta hartarse.