El incendio de la catedral de Notre Dame en París nos ha dejado a todos impactados. Ver arder una catedral siempre tiene algo de apocalíptico y, aunque terrible, es también, como apuntó la reportera de TV5 Anne-Sophie Lapix mientras cubría la tragedia, de una belleza sobrecogedora. Al final, afortunadamente, y aunque hubo momentos en los que se temió lo peor, parece que la catedral va a sobrevivir. Ya sin la icónica aguja —que ya no era la original del siglo XIII, sino una nueva construida en el siglo XIX—, pero con lo más importante todavía en pie.
Es muy fácil pensar en las pérdidas y en lo irrecuperable, pero ya no hay mucho que hacer por lo que ha sido pasto de las llamas. Toca empezar a pensar en la reconstrucción y en que la de Notre Dame no ha sido la primera ni será la última catedral que ha pasado una noche entre las llamas. A lo largo de los siglos, otros muchos templos han visto días y noches y semanas negras, por incendios, guerras o terremotos. Y siguen en pie o han sido reconstruidas.