Contrariamente a la opinión generalizada, y pesar de que la llegada de Cortés coincidió en muchos sentidos con el presagio del regreso de Quetzalcóatl, ello no representó que Moctecuhzoma creyera que Hernán Cortés fuese aquel profeta. Tal vez sí pensó que estaba ante un emisario de este, que encabezaba un ejército que tomaría posesión de los dominios mexica, lo cual no era del todo mentira…
El fragmento a continuación pertenece a las «Cartas de Relación» de Hernán Cortés. Allí, Cortés relata que fue el mismo tlatoani quien le afirmó que los dos son hombres de carne y hueso, lo que deja ver la convicción que tenía Moctezuma sobre aquellos hombres blancos: Moctezuma no creyó que Cortés era un dios.
MOTECUHZOMA:
“No creáis más de lo que por vuestros ojos veredes, en especial de aquellos que son mis enemigos, y algunos de ellos eran mis vasallos, y hánseme revelado con vuestra venida, y por favorecer con vos lo dicen; los cuales sé que también os han dicho que yo tenía las casas con las paredes de oro y que las esteras de mis estrados y otras cosas de mi servicio eran asimismo de oro, y que yo era o me hacía Dios y otras muchas cosas. Las casas ya las véis que son de piedra y cal y tierra”.
CORTÉS:
Y entonces se alzó las vestiduras y me mostró el cuerpo diciendo:
MOTECUHZOMA:
«A mí véisme aquí que soy de carne y hueso como vos y como cada uno, y que soy mortal y palpable”.
Como puedes apreciar en esta conversación entre Cortés y Motecuhzoma, este último no creyó que Cortés fuese un dios. Le dice que es mortal como él y cada uno de sus acompañantes pero, por alguna razón, muchos siguen alimentando la idea fantasiosa de un dios rubio al cual el tlatoani le temía. Afortunadamente, es el mismo Cortés es quien nos desmiente esta creencia tan popular.
¿Opiniones?
Fragmento: Segunda Carta de relación, de Hernán Cortés.