En lo alto de la Sierra de Pachuca, una de las regiones más elevadas del país con 2,770 metros sobre el nivel del mar, rodeada de bosques y montañas se encuentra una de las poblaciones más bellas de la región, detenida en el tiempo, conservada a la perfección, estandarte del abolengo y bonanza de su origen minero: Real del Monte, Hidalgo. En la actualidad, se puede llegar hasta allí en dos horas desde la Ciudad de México y desde Puebla.
La historia de Real del Monte
Cerca del 1500, por ser la máxima elevación en el trayecto con rumbo a Tenochtitlán, Real del Monte recibía el nombre de “Maghosti”, del otomí “paso alto”. Fue durante el virreinato que todo territorio bajo el dominio de la corona recibía el nombre de Real, motivo por el cual este Monte pletórico de vetas de plata adquirió su nombre actual.
A mediados del siglo XVI, el auge minero atrajo la inversión inglesa y con ello un legado arquitectónico, cultural y gastronómico.
Hoy en día, Real del Monte ha cambiado la minería por el comercio y la atención turística. Y cómo no habría de hacerlo: el legado arquitectónico inglés y el ahínco con el que sus pobladores han preservado su pueblo es digno de conocerse. Sus inclinadas calles adoquinadas, casas multicolores de tejas ocre y un sinfín de callejones y plazoletas repletas de restaurantes, artesanías, sobre todo en plata, deleitarán los sentidos de visitantes de todas las edades.
¿Qué hacer en Real del Monte?
Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Imponente templo de estilo barroco sobrio trabajado en cantera ubicado frente a la pintoresca plaza principal.
Museo Mina de Acosta. Antigua mina acondicionada como museo en el que el visitante recorre cuartos de máquinas, bodegas y un socavón de 400 metros, ataviado con la indumentaria minera: casco, lámpara y overol.
Panteón inglés. Un sitio lleno de nostalgia en el que todas las tumbas, según la tradición, están orientadas hacia Gran Bretaña.
Peñas Cargadas. Ubicado a tan sólo 6 kilómetros de Real del Monte, Peñas Cargadas es un bello paraje boscoso donde se alzan imponentes piedras basálticas en forma de columna con rocas equilibristas en sus cumbres. Ideal para los amantes de la tirolesa, pues cuenta con cerca de 40 líneas. En el sitio también se puede hacer rappel, bicicleta de montaña, días de campo, apacibles caminatas por el bosque e incluso subir a la cumbre de algunas peñas. En el caso de acampar se recomienda hacerlo en grupos pues no existe vigilancia nocturna.