Zaragoza, la quinta ciudad española más poblada (después de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla), ofrece infinitos lugares de interés y una amplia oferta de ocio y cultura que hará que en tu próximo viaje desees quedarte por mucho tiempo recorriendo cada uno de sus rincones. Rica en historia y patrimonio y, a la vez, ciudad cosmopolita donde las haya, ha sido siempre también punto estratégico de comunicaciones, ya que se encuentra a tan solo 300 kilómetros de grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y Toulouse. Esto es todo lo que debes hacer allí.
1. Conoce el Casco Antiguo
Visita imprescindible es la Basílica del Pilar, conocida comúnmente como “El Pilar”. Aunque visitar Zaragoza y conocer este monumento puede parecerte obvio, estoy segura de que no te dejará indiferente. De estilo barroco, este edificio a los pies del río Ebro y centro de peregrinación de muchos devotos de todas las partes del mundo, cuenta con un gran legado de elementos artísticos. Algunos de ellos son el retablo del altar mayor, sus pinturas al fresco de artistas como Francisco de Goya y, por supuesto, la Santa Capilla con la Virgen del Pilar. ¡Ahh! Si observas bien, podrás ver dos grandes orificios en el techo, provocados por dos bombas lanzadas durante la Guerra Civil española y que, milagrosamente, no estallaron. Según se dice, fue por gracia y obra de la Virgen del Pilar, que protege a la ciudad.
Y, ya que estás en El Pilar, no te olvides de subir a una de sus torres, que está abierta al público y desde la que podrás disfrutar de unas impresionantes vistas de toda la ciudad en un mirador a 80 metros de altura. Si tienes vértigo, este puede ser el lugar apropiado para enfrentarte a ese miedo.
Conoce La Lonja ubicada en la misma plaza del Pilar. Edificio civil de estilo renacentista construido a mediados del siglo XVI y que ahora está destinado a exposiciones temporales de todos los estilos. Un lugar donde tienen cabida tanto el arte arquitectónico del pasado como las obras más vanguardistas.
Por supuesto, no te pierdas tampoco la catedral del Salvador o la Seo, muy cerquita del Pilar, si quieres conocer de primera mano uno de los mayores legados del arte mudéjar de la Península. Con este edificio, como ocurre en otras construcciones, conocerás diferentes estilos artísticos sin tener que desplazarte del entorno, porque aquí el románico, el gótico, el ya mencionado mudéjar, el renacentista y el barroco han dejado su huella para que hoy día conozcamos su historia. Además, desde el interior de la Seo se puede acceder al Museo de Tapices de La Seo, que alberga una colección muy interesante de los siglos XV, XVI y XVII en donde los hilos tejidos minuciosamente y de manera artesanal nos cuentan historias y leyendas que servían de ejemplo para la población y para decorar espacios públicos y privados de la época.
Conoce Caesaraugusta, es decir, la Zaragoza romana que ya existía mucho antes de todo lo anterior. Así, sin salir del Casco Antiguo, aprovecha para conocer este legado que nos dejó César Augusto en su fundación de esta colina allá por el año 14 a. C. en su reorganización de las provincias hispánicas. Te aconsejo que pases un día, o quizá hasta dos, viendo restos romanos en el Museo de las Termas, en el Museo del Foro, en el Museo del Teatro o en el Museo del Puerto Fluvial, donde podrás empaparte de esta parte de la historia de la ciudad que nos habla de cómo vivían, a qué se dedicaban y cómo estaba diseñada la metrópoli. También podrás recorrer algunos restos de la muralla que la protegía y, por supuesto, podrás conocer al propio César junto a las murallas: una escultura, regalada por Benito Mussollini a Franco, copia del famoso Augusto Prima Porta que se conserva en los Museos Vaticanos.
Pasea por sus plazas y calles principales, como el Paseo de la Independencia junto a plaza de España, la calle Alfonso I, la plaza de San Felipe, la calle Don Jaime I, la plaza Sinués Urbiola junto al Teatro Principal, la plaza de Los Sitios, o la calle de San Vicente de Paúl entre otras, en donde encontrarás los mejores comercios del centro y lugares donde tomar algo en una plácida terraza.
-No te olvides de El Tubo. Ubicado también en el Casco Antiguo, se compone de un entramado de calles y callejuelas que alberga los principales bares de tapeo de la ciudad y de los de más solera. No todo iba a ser monumentos, también hay que comer, y la gastronomía y el tapeo zaragozanos son muy diversos. Algunas tapas típicas, entre otras muchas, son las croquetas de Doña Casta, los champiñones en El Champi, el jamón batido o las anchoas de Bodegas Almau, o la tosta de pan dulce de Leciñena con tomate, champiñón y panceta de Guijuelo de El Méli del Tubo.
Tampoco te olvides de visitar el Museo Goya, cuya exposición se ubica en uno de los palacios renacentistas que existían en Zaragoza cuando era conocida como La Harta o la Florencia de España por su prosperidad económica. Su riqueza se reflejaba en un gran número de palacios —unos 200—, de los cuales hoy día apenas quedan unos pocos en pie. Por lo tanto, este museo lo disfrutarás por partida doble, pudiendo ver gran parte del legado que nos dejó Goya y parte de la Zaragoza del siglo XVI.
También el Museo de Pablo Gargallo ubicado en la antigua Casa Palacio de los Condes de Argillo del siglo XVII, cuyo edificio es un ejemplo de la transición del estilo renacentista al barroco. Aquí tienes otro ejemplo de estilos arquitectónicos del pasado combinados con una espectacular exposición de este pintor y escultor aragonés considerado uno de los más importantes del siglo XX. Una verdadera joya del arte moderno que no has de perderte.
2. Visita el Palacio de la Aljafería
Ya en el barrio de La Almozara, muy cerquita del Casco, te vas a encontrar este palacio fortificado mandado a construir por el rey al-Muqtadir de la taifa Saraqusta en la segunda mitad del siglo XI, porque Zaragoza también fue testigo de la cultura islámica. Aunque este palacio después fue utilizado por los reyes cristianos de Aragón y posteriormente por los Reyes Católicos, conserva gran parte del legado musulmán en convivencia con el cristiano. Mención especial para el Patio de Santa Isabel, el Salón del Trono o para el Salón Dorado. Pero mejor es que te lo recorras todo entero, te sorprenderá.
3. Descubre el Patio de la Infanta
En la zona conocida como Centro se encuentra este espectacular patio ubicado dentro del edifico de la Fundación Ibercaja. Se trata de un antiguo patio de un palacio renacentista del siglo XVI del cual solo queda dicho patio, y que además no se ubicaba donde ahora está expuesto, sino que que ha sufrido varios traslados —ha estado emplazado incluso en Francia— hasta que finalmente fue traído de vuelta hasta el lugar donde ahora se encuentra.
4. Conoce los espacios verdes de Zaragoza
Ya que la capital de Zaragoza es atravesada por el río Ebro, en el cual desembocan el Gállego y el Huerva, encontramos muchos espacios verdes. Te recomiendo dos: uno es el Parque del Agua Luis Buñuel, construido para la Expo de 2008 junto a la ribera del Ebro, con más de 120 hectáreas y en donde se pueden realizar multitud de actividades, como el rafting, el golf, paseos en kayak, el paddle surf o simplemente dar un paseo contemplando sus patos y cisnes.
El otro recomendado es el Parque Grande Jose Antonio Labordeta, llamado así desde el año 2010, y anteriormente Parque de Miguel Primo de Rivera, ya que fue este quien lo inauguró en el año 1929. Ubicado en el distrito de la Universidad, en este parque puedes encontrarte monumentos como la escultura de El Batallador, dedicada a Alfonso I de Aragón, la Fuente de la Princesa, un jardín botánico cuyo origen se remonta a 1796 cuando había un parque anterior en el mismo lugar, o diferentes zonas de paseo en donde árboles como los cipreses, los chopos y las palmeras, dan cobijo a sus visitantes.
5. Enamórate del Palacio de Larrinaga
En sus orígenes llamado Villa Asunción en honor a la esposa de Miguel de Larrinaga, quien lo mandó construir en el barrio de Montemolín a principios del siglo XX. Si te consideras un escéptico del amor romántico en este palacio olvidarás todos tus prejuicios, porque don Miguel, además de estar enamorado pérdidamente de su esposa, también lo estaba de su trabajo. La familia Larrinaga eran vascos y fueron unos grandes y famosos navieros durante los siglos XIX y XX y parte de esta vocación la podemos ver en un sinfín de elementos decorativos distribuidos por paredes y techos de este palacio.
6. Practica deporte en la ciudad
Si hay algo que los deportistas echan de menos en sus viajes culturales es el tener que dejar de lado por unos días el deporte. Si es tu caso, no te preocupes, Zaragoza tiene infinidad de recursos de todo tipo, así que ¿por qué no una caminata o un poco de running por la ribera del Ebro? Dispones de un largo camino sin dificultad para hacerlo. Además, infórmate bien, porque en esta ciudad se suelen hacer muchas carreras populares y quizás te interese apuntarte a alguna. ¿O prefieres ir río abajo en piragua? También puedes hacerlo aquí. Aunque si eres amante de la bicicleta esta es tu ciudad, ya que Zaragoza es una de las ciudades españolas en las que más se usa este medio y con mayor número de carriles bici, y ni que decir de los patines: al ser una ciudad llana, si eres patinador por aquí te moverás como pez en el agua.
7. Haz excursiones a los espacios naturales cercanos a la capital
Los Galachos de Juslibol y los Galachos de la Alfranca de Pastriz, estos últimos a poco más de 20 kilómetros de la ciudad, estoy segura de que te gustarán. Se trata de una serie de curvas y meandros que, debido a las constantes crecidas y vida del Ebro, sufren transformaciones periódicas de sedimentación y erosión. Aquí, además de conocer el movimiento y la actividad del río, conocerás parte de la historia que configura el paisaje: valores naturales, agrarios y socioculturales. Si los visitas por libre no te olvides de llevar unos prismáticos, ya que aquí podrás ver todo tipo de aves que cohabitan en este ecosistema natural.