Un lugar para tomar un vermut, dos para saborear ricos menús con especial atención a personas vegetarianas, una tienda de telas, un taller de bicicletas, un afilador de cuchillos o una tienda de ropa orgánica son algunos de los elementos que hacen a la plaza de Camas un lugar único. ¡Y también tiene parque infantil!
Al norte tienen la Alcazaba y, al sur, el Paseo del Parque. Quedan en tierra de nadie y, por eso, suelen pasar muy desapercibidos. Son un remanso de paz, algo que se echa de menos en el centro de Málaga.
A un paso del Mediterráneo, este parque pasa desapercibido no solo para la gran mayoría de personas que visitan Málaga, también para muchos malagueños que desconocen su existencia. Un extenso pinar donde reina el silencio, corretean las ardillas y perfecto para descansar de tanto hormigón.
En la zona este de Málaga se ubican barrios marineros como El Palo, pero también unos pequeños montes en los que reside el camaleón y hay numerosas plantas aromáticas. Subir a su cumbre es sencillo, se consigue en apenas media hora. Más allá del aire puro, las vistas sobre la capital de la Costa del Sol son una merecida recompensa.
Entre tanto Pompidou, Museo Ruso, Picasso, Thyssen y demás apellido ilustre, este pequeño recinto cultural pasa desapercibido. Está escondido entre callejuelas aledañas al centro y es más que interesante.
Todas las guías incluyen ahora el colorido Mercado de Atarazanas como una de las visitas más interesantes de Málaga. Lo es, porque resume en unos pocos metros cuadrados la gastronomía malagueña. Pero merece la pena acercarse al barrio de El Palo y conocer su pequeño mercado, más familiar y cercano. Y, más allá de tu compra, siempre podrás tomar una caña o un vino acompañado de un rico pescado. ¡Salud!
La gastronomía moderna que triunfa tiene su contrapunto en este local que, además de darte de comer, te vende casi todo lo que decora sus paredes. El mejor momento para visitar La Recova es por la mañana para tomar un rico café con tostadas de pan de verdad al que untar zurrapa de lomo, chicharrones o diferentes mermeladas caseras. ¡Vaya forma de arrancar el día!
Aunque para la tradición, nada como acercarse hasta esta vivienda del municipio de Carratraca perfecta para hacer parada y fonda. El menú del día es la única opción y, generalmente, incluye un plato de cuchara de primero. Uno, o varios, porque te ponen la fuente delante para que te sirvas las veces que quieras. El segundo siempre viene en raciones generosas, así que es un sitio al que mejor ir con hambre…
Quienes acuden al Caminito del Rey quedan extasiados por esa ruta de vértigo, pero la mayoría se deja atrás la vieja ciudad fortificada de Bobastro, donde existe una iglesia paleocristiana excavada en la roca. Fue el fortín de Omar Ibn Hafsun, que llegó a poner en jaque al imperio Omeya de Córdoba.
A mitad de camino entre Málaga y Torremolinos, este espacio tiene una riqueza ambiental que muchos desconocen. Cuenta con hasta 250 especies de aves entre las que destacan los coloridos flamencos rosados. Muchas habitan todo el año, pero otras hacen parada en sus migraciones entre Europa y África. Hay caminos para pasear o montar en bici y dejarse llevar.
En Málaga toda la fama se la lleva la Cueva de Nerja, pero existe otro rincón que merece la pena visitar. Está a pocos kilómetros de la capital, en la cala del Moral, y es la única gruta marina visitable en toda Europa.
Está a las afueras de Benahavís y recorrer su cauce es adentrarse en un maravilloso parque acuático. Pozas, estrechos pasos y agua fresquita son ingredientes ideales para perderse por este río durante los meses de calor (que en Málaga son casi todos).
Con poco más de un centenar de habitantes, este pequeño pueblo malagueño es toda una delicia. Cuenta con un precioso alminar árabe del siglo XIII y también se conserva el patio de la mezquita a la que perteneció. 