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Queridos viajeros: por favor no vengan a México sin antes entender estas 9 cosas

México
by Rulo Luna Ramos 2 Jun 2016

 

1. Dejen todos los estereotipos mexicanos guardados en casa.

Pueden deshacerse de sus sombreros, piñatas, maracas y de toda la parafernalia del Cinco de Mayo. Mientras planean su viaje a México, ¿por qué no invierten un poco de tiempo en investigar los aspectos más generales de la cultura mexicana? Enfóquense especialmente en todo lo relacionado con los lugares que van a visitar. La concepción internacional de México es una parodia sin fundamentos que ha ido ganando peso gracias a malas interpretaciones (principalmente malas interpretaciones de raíces hollywoodenses), y aun cuando las redes sociales nos han ayudado a mostrar el verdadero México al resto del mundo, sigue siendo común encontrar visitantes (en especial dentro de los principales centros turísticos del país, como Cancún) que no tienen la menor idea de donde están parados.

Hay un dicho popular entre los mexicanos: “México son muchos Méxicos”. Recuerden que estarán visitando uno de los países con mayor diversidad cultural del mundo, un país con más de 60 lenguajes vivos, donde la identidad indígena está profundamente integrada con el catolicismo. No todo son mariachis y sombreros gigantes, tengan eso por seguro.

 

2. México no es una zona de guerra, pero hay que andarse con cuidado.

La guerra contra el narcotráfico en México ha ido desapareciendo de los encabezados internacionales y ha habido grandes esfuerzos por parte de la industria turística nacional para que nuestro país recupere su lugar como uno de los destinos turísticos más importantes. La mayor parte del territorio es perfectamente seguro para locales y visitantes, pero eso no quiere decir que puedan ir de un lugar a otro sin la menor precaución. Recuerden que el tráfico de drogas sigue siendo uno de los mayores problemas del país.

El sentido común debería mantener a cualquier visitante alejado de los problema, pero aquí les comparto una serie de recomendaciones para tener en cuenta si van a viajar por el México (especialmente si pretenden recorrerlo por tierra): presten atención a las recomendaciones de su embajada acerca de los lugares por donde es seguro viajar y no se aventuren en territorio “peligroso” a menos que estén siguiendo las recomendaciones de alguien local y de confianza; usen autopistas de cuota siempre que sea posible y eviten circular por caminos secundarios o adentrarse en territorio desconocido, especialmente durante la noche. Si requieren consejos más específicos, busquen foros de viajeros o de expatriados en México. Siempre habrá alguien dispuesto a ayudarlos con los pormenores de su viaje.

 

3. México no es un paraíso de las drogas.

Por supuesto que hay drogas en México, y muchísimas, pero hay algunas consideraciones que deberían tener en cuenta antes de emprender ese viaje loco y psicotrópico que tenían planeado. Como mencioné en el punto anterior, los cárteles de la droga son uno de los mayores problemas de nuestro país; al comprar drogas en México, podrían estar contribuyendo de forma directa con una industria responsable de miles de muertes únicamente en los últimos años (lo mismo aplica en el caso de la mayoría de las drogas ilegales consumidas en Estados Unidos). Incluso como consumidores, podrían estar tan cerca de los cárteles como para que su seguridad se vea comprometida. Tampoco olvidemos que el sector público de México está considerado como altamente corrupto de acuerdo al Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, y que gran parte de esa corrupción se encuentra centrada en las instituciones legales; las mismas instituciones que enfrentarían si se meten en algún problema. Créanme, no quieren ser atrapados en posesión de drogas por la policía o el ejército mexicano.       

 

4. No promuevan el comercio ilegal de piezas arqueológicas.

Puede pasar que durante su visita a una de las muchas zonas arqueológicas de México, un comerciante local trate de venderles una pieza «original» de algún imperio olvidado. Lo más probable es que se trate del pedazo de piedra pintado más caro que alguien les haya ofrecido, pero incluso si no se tratara de una estafa, ¿estarían dispuestos a arriesgar su viaje por involucrarse en el tráfico ilegal de piezas arqueológicas? No suena muy sensato. Además, es posible que a unos cuantos metros haya souvenirs de gran calidad y de alto significado cultural.

México está lleno de artesanos de primera calidad y su trabajo representa la diversidad y originalidad de la cultura mexicana. Las piezas producidas por artesanos huicholes y rarámuris son reconocidas internacionalmente por su calidad y belleza. Cuando compran productos de artesanos mexicanos, también compran una representación de México y de su gente, una representaciòn hermosa, única y totalmente legal.

 

5. Tengan en cuenta la diferencia entre lo exótico y lo ilegal.

Comerse un taco de chapulines es bueno, tomarse un cóctel que incluye huevos de tortuga no lo es. Puede ser difícil distinguir entre lo que está bien y lo que no cuando todo es tan extraño y diferente, y los dos lados de la moneda ocurren a plena luz del día, compartiendo espacios y público. México tiene graves problemas con la explotación y el comercio ilegal de vida silvestre, así que es mejor consultar con los servicios turísticos de la región para conocer las variantes locales de este problema. No compren problemas, ni a propósito ni por accidente.

 

6. Practiquen el arte de la paciencia.

Este es uno de los mejores consejos que les podrían dar antes de venir a México: ¡No organicen itinerarios demasiado ajustados! Los mexicanos, especialmente fuera de las grandes ciudades, somos personas a las que nos gusta tomarnos nuestro tiempo para hacer las cosas. Esto tiene el potencial de destruir los planes de cualquiera que no tome en cuenta el “tiempo mexicano”. ¿Qué se puede hacer al respecto? Relajarse, planear con tiempo extra para cada comida, ser paciente, muy paciente e intentar obtener las horas específicas de cualquier plan o evento. Recuerden: “Ahorita” no tiene el menor sentido.    

 

7. Recuerden que el que se enoja pierde.

No somos los mejores amigos de la confrontación e intentar resolver un problema por medio de gritos nunca es una buena idea en México. Simplemente escuchen como hablamos (especialmente en las zonas centrales del país), nuestro español es extremadamente amable, lleno de disculpas, diminutivos y eufemismos que suavizan cualquier discusión. Si se enojan o actúan de forma prepotente, ya perdieron la batalla; harán que todo el mundo se sienta incómodo y la gente dejará de tomarlos en serio. Tómense las cosas con calma y recuerden que están en México, donde una sonrisa les abrirá más puertas que cualquier otra cosa.  

 

8. No se ofendan si los llaman gringos.

El español de los mexicanos está lleno de modismos y expresiones políticamente incorrectas. Cualquier visitante podría pensar que los mexicanos somos de lo más irrespetuosos basado en las expresiones que manejamos de forma habitual; sin embargo, la mayoría de estas palabras no son consideradas ofensivas y las usamos de forma indistinta con la gente que apreciamos. Decirle a alguien gringo es sólo una forma de reconocerlo como extranjero… y eso está bien.  

 

9. No se aventuren en los pequeños pueblos de México sin un poco de español y otro poco de efectivo.

Salir de las grandes ciudades y de los principales sitios turísticos es un paso necesario para todos los que visitan México. Esta es la única forma en la que podrán experimentar la multiculturalidad y todas las bellezas naturales del país; sin embargo, el encanto que rodea a los pueblitos y a las pequeñas comunidades mexicanas se basa en el hecho de que mantienen sus tradiciones y estilo de vida lejos de las exigencias de la vida moderna. El inglés no estará presente y el dinero en efectivo (y con dinero en efectivo me refiero a pesos mexicanos… y de preferencia no billetes grandes) será la única forma de pago que encuentren. Todo esto puede sonar bastante lógico, pero se sorprenderían de la cantidad de viajeros que he encontrado en plena Sierra de Puebla, a punto de un ataque de pánico por no contar con una forma de obtener efectivo. 

 


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