3. De hecho tiene un gigantesco “reloj de flores” ícono de la ciudad. A ti te parece absurdo… si ahora todos miramos la hora en los teléfonos móviles, ¿para qué quitarle la atención a las pequeñas pantallas para observar la ciudad?
4. No conoces (ni quieres conocer) a nadie que desee hacer un picnic en el Jardín Botánico o disfrutar de la naturaleza como en esta fotografía:
5. Por supuesto que has escuchado que Viña del Mar tiene un festival internacional de la canción, mundialmente reconocido, en el que puedes ver artistas increíbles en vivo, para todos los gustos y ¡durante 6 días! Pero… tú prefieres verlo por TV, desde la comodidad de tu sillón.
6. Además, ¡qué miedo! El público es una suerte de monstruo que puede destruir un show si no es de su agrado, en una interminable pifiadera. Tú eres de los que prefiere algo más tradicional, sin sobresaltos, donde las personas no tengan participación.
7. Podrás ver hermosos atardeceres, enmarcados como postales en la arquitectura local. Y tú temes que esto sea demasiado para tus sensibles ojos…
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8. No sabrás cómo elegir entre tantos palacios y castillos para visitar (el remodelado Palacio Rioja, el palacio Vergara, el palacio Presidencial de Cerro Castillo, el castillo Wulff). Pero tú no tienes tiempo para sitios con arquitectura admirable e historias sorprendentes…
9. Seguramente no se te ocurra cómo disfrutar del hermoso borde costero y su aire puro…
10. Este borde costero, además, contempla una de las ciclovías más largas de Chile, con 10 kilómetros de longitud. El problema es, ¿quién tiene tiempo para andar en bicicleta?
11. En Año Nuevo, tres comunas se unen en el llamado “año nuevo en el mar”, haciendo uno de los espectáculos pirotécnicos más extensos del mundo. El tema es que tú eres anti-festejos… y estos acontecimientos son demasiado felices para tu gusto.
12. En las hermosas playas, como Reñaca, hasta puedes practicar surf. El riesgo es que… uno a la buena vida se acostumbra fácil. ¿Cómo harás para vivir sin “sol, arena y mar” al regresar a tu casa?
13. También hay una “playa del deporte” en la que se realizan actividades gratuitas en un anfiteatro frente al mar. Seguramente tú prefieres pasar la tarde corriendo en una máquina de gimnasio, mirando la pared. Mejor ni intentes disfrutar al aire libre.
14. Los Viñamarinos son amables y relajados, con un gran sentido del humor. Estoy segura de que no querrás compartir con gente como ellos… Puedes encariñarte con su forma de ser y luego los vas a extrañar.
15. Viña del Mar está a escasos 20 minutos de Concón, capital gastronómica de Chile, donde puedes comer los más exquisitos productos del mar. Te aseguro que luego será difícil vivir con síndrome de abstinencia… ¡por no encontrar estas comidas cerca de tu casa!
16. Además, ¿quién quiere tener un lugar fotogénico como Valparaíso (ciudad Patrimonio de la Humanidad) cerca de su casa?
17. Tampoco tendrás ganas de estar cerquita de Casablanca, ese valle con los viñedos a partir de los cuales se producen de los mejores vinos blancos del mundo. Tú no tienes tiempo de apreciar los pequeños placeres de la vida.
18. ¿Qué además de todo hay buena vida nocturna y ofertas gastronómicas en el “Barrio Poniente”? Ufff, es “too much”, no te quedarán energías para tanto.
19. A ti no te interesa conocer al jinete Larraguibel y a su caballo “huaso”, responsables del salto más alto jamás registrado en el mundo: ¡de 2.47 metros de alto! Ya estás grande para leyendas. Mejor que los niños lo lean en libritos de bolsillo…
20. Definitivamente esta ciudad tiene demasiado para ofrecer: el relajo, los paisajes, la amabilidad de los viñamarinos. ¿Qué será de tí si luego no puedes regresar a tu vida normal, con los gruñones de tus vecinos y rodeado de cemento?
Mejor nunca visites Viña del Mar. Si vienes y te enamoras de este lugar, no digas que no te lo advertí.