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24 razones por las que no deberías poner ni un pie en Buenos Aires

Ciudad de Buenos Aires
by Laura Bernhein 16 Mar 2018

Buenos Aires tiene muy buena prensa. La han llamado “la París de América Latina”, “la Reina del Plata” y hay quienes sostienen que es la capital más hermosa del continente. Sin embargo, la ciudad está llena de peligros y aquí te los cuento. ¡No digas que no te avisé!

1.

Para empezar, voy a contarte un secreto: pasear lentamente al atardecer por Puerto Madero va a despertar tu lado más enamoradizo y romántico y, no sé a vos, ¡pero a mí las emociones fuertes me dan pánico!

2.

Imaginate, por ejemplo, andar por la Costanera Norte y encontrarte con esta imagen del Río de la Plata… Sacarla de tu corazón va a ser una misión imposible. Así que mejor evitarla ¡y listo!

3.

¿Habrá alguna diferencia entre quedarte en casa haciendo crucigramas y buscar libros entre los majestuosos estantes de la librería El Ateneo Grand Splendid, que antes fue un teatro en el que actuaron glorias de la cultura argentina, como Carlos Gardel y Francisco Canaro? Mejor no averiguar…

4.

El Río de la Plata es tango. ¿Y qué tiene para ofrecerte la cultura del tango? Nada importante, realmente, excepto unas cuantas verdades profundas como el mar, y una danza sensual y vigorosa que va a devolverte la vida que creías perdida para siempre…

5.

Si hay algo de que verdaderamente tenés que cuidarte en Buenos Aires es de la gente. Los porteños son extrovertidos, encantadoras y para ellos no existen la conversación ni los lazos superficiales. Si le caíste bien a un porteño te va a abrir su corazón, su casa y, claro, sellará su encuentro con el símbolo más noble de la amistad argentina: ¡un mate!

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6.

Los cafés notables de Buenos Aires son cosa seria. El Tortoni, La Poesía, el Federal, Los Angelitos, Las Violetas, el Gato Negro, la Giralda… Pero por suerte Buenos Aires tiene la bendición de contar con muchos Starbucks… ¿No?

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7.

El Mercado de San Telmo es uno de los más antiguos de la ciudad y está lleno de negocios de antigüedades y de restaurantes gourmets. Todo en uno de los barrios más históricos y tangueros de Buenos Aires. Te aconsejo que mejor ni lo visites; tanto encanto y tanta vida pueden conmoverte hasta las lágrimas y ya se sabe que uno no viaja para eso…

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8.

A unas pocas cuadras del mercado está la escultura homenaje a nuestra niña más querida: Mafalda. No vayas, eh, no seas como esos que viajan solo para sacarse selfies con tooodos los monumentos icónicos de los lugares que visitan… (Y no, los nenes de la foto se parecen a mí, pero les aseguro que no son mis hijos…).

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9.

¿Y estos jacarandaes en Palermo? Tanto color va a alterar tus sentidos para siempre. ¿Cómo vas a hacer para volver a trabajar a tu oficina después del viaje?

10.

El Teatro Colón es uno de los más importantes del mundo y en él actuaron figuras como Enrico Caruso, María Callas, Rudolf Nureyev y Mikhail Baryshnikov. Pero vos mejor no vayas, porque hay un alto riesgo de que te vuelvas un poco más culto ¡y eso sí que sería un consecuencia imperdonable de tu viaje!

11.

Dicen que “las callecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, viste”… ¿Será para tanto?

12.

Pasear por el barrio de La Boca y aprender sobre la historia de los primeros inmigrantes italianos que llegaron al país en barco, mientras te tomás un cafecito en el café la Fundación Proa o visitás el Museo Quinquela Martín, suena interesante… Pero a vos no te gusta a revolver el pasado; no vaya a ser que descubras algo que te distraiga y te olvides de hacer la lista del supermercado.

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13.

Ni hablar de ir a un partido de fútbol a La Bombonera. En un segundo vas a cambiar de cuadro de fútbol ¡y te vas a entregar a la pasión bostera de por vida!

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14.

El Jardín Botánico es uno de los rincones más mágicos de Buenos Aires. Obra del prolífico Carlos Thays, personaje importantísimo para la planificación urbana de la ciudad, una visita aquí va a hacerte entender en solo unos minutos por qué nuestra ciudad fue llamada “la París de América Latina”.

15.

Claro que podés ir también al Jardín Japonés, en el barrio de Palermo, pero… ¿quién viaja a una gran capital para andar de jardín en jardín?

16.

Por lo mismo te aconsejo: ¡Ni vayas a los bosques de Palermo! La idea de un bosque en el medio de una gran ciudad es realmente inapropiada.

17.

Buenos Aires tiene tantos parques que pueden ocurrir escenas escalofriantes como esta que tuve la desgracia de presenciar en el Parque Lezama…

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18.

Durante tu visita a la Plaza de Mayo y a la Casa Rosada vas a aprender mucho sobre la historia argentina. ¿Quién no quiere ver la plaza desde el mismo balcón que usaron Perón y Evita para hablarle a su pueblo o desde el que Diego Maradona exhibió el trofeo cuando Argentina salió campeón del mundo por última vez?.

19.

Pero, sobre todo, vas a conocer la historia de algunas de las mujeres más valientes que ha dado América Latina: las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo. Te lo advierto: tanto coraje puede inspirarte y provocar cambios irreversibles en tu vida.

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20.

La escena cultural de Buenos Aires es famosa en todo el mundo. El Centro Cultural Kirchner, por ejemplo, tiene actividades gratuitas todos los días. Pero claro, vos aún necesitás tiempo para decidir si tener acceso a tanta cultura será beneficioso o no para tu espíritu…

21.

Definitivamente tiene que haber más de un gato encerrado detrás de una ciudad que tiene tantos centros culturales y museos…

22.

No podés decir que estuviste en Buenos Aires sin un paseo por la Avenida Corrientes, sus librerías con olor a viejo y una cena de parado en alguna de las pizzerías. Se ve bien aburrido el plan, ¿no?

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23.

Nunca vamos a terminar de entender la fama del Obelisco…

24.

Te lo digo de corazón: si no querés enamorarte perdidamente -así como te enamoraste a los 15, pero de una ciudad-, y si tu meta es evitar hacerte amigos para toda la vida, te lo ruego, te lo imploro, te lo suplico… ¡No pongas ni un pie en Buenos Aires!

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