Te han dicho que en Matarromera fabrican productos de cosmética de gran calidad con las uvas...
El problema es que te verás demasiado tentado a probar TODOS sus productos, incluyendo sus vinos, hasta que ya no puedas ni pronunciar "denominación de origen Ribera del Duero".
¿Además hay un museo del vino de lo más interesante en el Castillo de Peñafiel?
¿Y para colmo con vistas increíbles? Cuidate de visitar tremenda fortaleza... luego ya no te será suficiente con museos más convencionales.
Puede que el Castillo de la Mota sea uno de los castillos más bonitos y mejor conservados de Europa…
Pero tú no irás allí a menos que te prometan que encontrarás a un caballero o a una doncella que se precie.
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La visita a la torre de la Catedral de Valladolid no es para ti: tiene unas vistas increíbles de todo la ciudad, pero tú tienes vértigo hasta en un tercero.
El Penicilino estará al lado de la catedral, será precioso y tendrá más de 160 años de historia, pero va gente de todo tipo.
A ti solo te gustan los lugares “VIP”. Y además, sirven zapatillas. Qué gente más rara…
¿Qué harás si de repente, cuando vas caminando tranquilo de visita, te encuentras con ovejas sueltas por la calle?
¿Por qué no les ponen correa como hace la gente en la ciudad con sus mascotas? Con todas las que son, ¿a quién se lo ocurre? ¿un solo hombre cuidando de todas? Todo esto te parece una locura.
Con la Iglesia de Wamba, no terminas de aclararte: ¿es romántica o es mozárabe?
Así es imposible.
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Y el Osario de Wamba es el osario visitable más grande de España.
Pero tú no estás para meterte en cuentos de terror y si ves una calavera te desmayas.
Si es cierto que Valladolid es uno de los lugares de España que mejor y más variado se tapea...
No puedes arriesgarte a ir. Luego no podrás conformarte con menos al regresar a casa.
No tienes el talento de Van Gogh, así que no sabrás que hacer con tantos girasoles.
Tampoco tienes idea de por dónde empezar para dejarte inspirar por los campos infinitos.
Tendrás miedo de ir a la biblioteca del Colegio de Santa Cruz.
Sabes que el edificio es bello, y que hay una colección espectacular de libros, con originales del siglo X... Pero te aterra que esté vacía y que te miren con cara de asombro cuando solicites sacar un libro. No quieres comprobar que son pocas las personas que leen en esta época. Así que mejor ni vas... y te conviertes en uno más que no lee.
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La gente de Valladolid podrá ser simpática y acogedora...
Pero tú sigues al pie de la letra el consejo de tu madre, que desde pequeño te dijo que no hablaras con extraños.
No entiendes como la Plaza del Coso de Peñafiel puede servir a la vez para las corridas de toros y para vivir gente.
Anda, que si te llegas a equivocar de día te pilla un toro.
El Monasterio de la Santa Espina es muy bonito y tiene una gran historia (se empezó a construir en el siglo XII).
Pero tú querías ver monjes cistercienses, no ir a un gran centro de formación. Tantos cambios de usos no te caben en la cabeza.
Lo mismo con la Iglesia de Santa María la Antigua...
"Que si una parte es del siglo XI, que si otra del siglo XIII, otra del XIV, que si se reconstruyó en el XX"... Así no hay quien se aclare.
Entre tantas construcciones hermosas como la Academia de Caballería…
El Castillo de Curiel…
Y el Castillo de Tiedra...
Tendrás que ir a un terapeuta para dejar de soñar con vivir en un castillo.
Tampoco querrás ir al Castillo de Montealegre...
Puede que nunca haya sido conquistado, pero ahora ya no te sentirás especial al caminar por allí... Parece que se han vuelto democráticos y cualquier persona puede entrar.
Los Rollos de Justicia tendrán mucha historia y serán bonitos, pero has oído que a veces se usaban para ajusticiar gente...
y ¿si vas tú y te toca? Aún no estás listo para dejar el paraíso de Castilla y León.
Todas las imágenes pertenecen al autor.