1. Amas u odias el pan con nata en el desayuno. No hay puntos medios.
2. Reconoces que la papa es toda una institución. Como diría la buena Rocola Bacalao, “Lunes papas, martes papas, miércoles también papas, jueves y viernes papas. Sábado en cambio papas con encebollado. Domingo otra vez papas”.
3. Si vas a comer un limón, mango, obo o grosellas… ¡que sea con salff!
4. Has experimentado lo que es tener el azúcar por los cielos después de comer tanta colación. Es más, como quiteño exagerado que eres quizás hayas pensado que estabas al borde de un coma diabético…
5. No puedes entender el concepto de almuerzo sin sopa.
6. Y haces que todo extranjero que visita Quito pruebe el locro de papa.
7. Como quiteño que se respeta, le metes ají a todo. Absolutamente todo.