1. Te parece normal que haya una chivitería a cada cuadra.
Lo que no entendés es cómo en el resto de los países del mundo se puede alcanzar la felicidad sin poner el paraíso entre dos panes de tortuga. Un buen chivito fino con muzzarella, huevo, panceta, jamón, salsas, morrón, hongos, aceitunas, cebolla frita y todo lo que te ofrezcan es lo mínimo que se necesita para ser una persona plena. Por eso, es lógico que cada algunos metros encuentres estos locales para saciar tus necesidades de felicidad.
2. Hay una sola comida que es más rica cuando la comés fuera de tu casa.
Sabés que no hay como la pasta de tu mamá o incluso el asado de un tío o un primo pero sabés que no hay mejor choripán que el del Estadio Centenario. Nadie sabe cómo pero todos sabemos que es el mejor del país.