Les dices Juancho a todos los cocodrilos de la Laguna del Carpintero.
Estés donde estés, una torta de la barda con chicharrón en salsa verde y una Escuis de hierro son sinónimo de Tampico.
Eres poseedor del gran secreto que explica por qué los huracanes se desvían de Tampico (Pista: se trata de ovnis en la Playa Miramar…).
Siempre te estás quejando del calor, pero en cuanto llega el verano eres el primero en llenar la hielera de cervezas para estar presente en el Playazo, con tus amigos. ¡Empiezan las vacaciones!
Sabes que el plan perfecto es tomar un carro Águila Echeverría que te deja frente al Palacio Municipal, sólo para ir a degustar una rica torta de El Globito, acompañada de una machacada de fresa.
Fuiste más de una vez a la Minerva a pedir un «rascacielos Tampico» , y terminaste con un vasito de agua y una gran sonrisa.
No tienes dudas de que la Playa de Miramar se encuentra en Ciudad Madero, y te molesta un poco que los turistas la conozcan como “La Playa de Tampico”. Ah, y en época de verano está siempre a reventar…
Les haces probar a todos los visitantes nuestra famosísima carne asada a la tampiqueña, creación de Don José Inés Loredo.
Tienes claro que la construcción del Estadio Tamaulipas es estratégica, ya que tiene una portería en Tampico y la otra en Madero.
Uno de tus pasatiempos favoritos es ir a la Plaza de Armas para alimentar a las amistosas ardillas, hacerte selfies con ellas y presumirlas a tus amigos de otros lados de la República Mexicana.
Para ti, la gloria es ir al mercado a comer un buen caldo de mariscos, unas empanadas de salpicón y un coctel de camarón al Puerto II.
Tomas agua de jobito en verano y llevas a tus amigos vacacionistas a la Pirámide de las Flores, en Bellavista.
Estás orgulloso de que se conozca a Tampico como “la Nueva Orleáns mexicana” y le cuentas a quien quiera escucharte que aquí se filmó “El Tesoro de la tierra madre”.
Sabes exactamente dónde queda el “pulpo psicodélico”… 