Foto: f11photo/Shutterstock

14 señales de que creciste en Valparaíso

Valparaíso
by Fran Norero 6 Jun 2018

Si creciste en La Joya del Pacífico, estoy segura de que recordarás con nostalgia algunas de estas cosas.

1. Para ti, el pan batido es el rey indiscutido.

Nada de marraqueta ni menos pan francés: en Valparaíso el pan más querido, ese crujiente de la once, se llama “pan batido”. Y era el que comías con un Milo mientras veías monitos.

2. No usabas buzo: lo tuyo era la salida de cancha.

Si te tocaba gimnasia (si, porque no era “deporte”, era gimnasia), entonces era tu día de ir en salida de cancha… y pobre de quién le cambiara el nombre a este atuendo deportivo.

3. ¿Chocolito? ¡Jamás! Si creciste en Valpo, lo tuyo eran los helados York.

Estos clásicos helados porteños de leche con dos palitos, envueltos en bolsa plástica, siguen siendo muy baratos hasta el día de hoy. ¿Recuerdas cómo el heladero pasaba anunciandolos con un cuerno por las calles? Era la felicidad convertida en helado.

4. Llegabas de clases a ver Pipiripao.

Este programa para niños de UCV televisión era un imperdible después de hacer las tareas. Seguro más de uno se disfrazó del emblemático fantasma Ble, que no tenía más ciencia que una sábana con 2 hoyos para mirar, pero que igualmente se robó nuestros corazones.

5. Comprabas en emporios y almacenes de barrio… ¡al lápiz!

En una época en la que no existían supermercados en cada esquina como ahora, ibas por dulces a tu almacén de barrio y seguro el dueño tenía una libretita donde los vecinos tenían cuenta de lo que pedían fiado o “al lápiz”.

A post shared by ♌ (@vanessathdesigner) on

6. No usabas delantal en clases; cuál superhéroe, usabas capa.

7. Guardabas las cosas en el “frío”.

¿Cuál refrigerador? En Valpo las cosas se meten al frío.

8. Te juntabas en el plan.

Por la geografía de intrincados cerros de la ciudad, el punto de encuentro era “el plan”, osea, el centro o la parte plana de la ciudad.

9. En Semana Santa, juntabas plata para quemar al judas.

¡Actividad emblemática! Los niños armaban un Judas con ropa usada y lo que hubiera a mano, para luego quemarlo con las monedas dentro y posteriormente rescatar las monedas para comprar Condorilates, Kegoles y Media Hora.

10. Seguro desafiaste la muerte bajando los cerros en trineo o bicicleta.

Al filo de las micros y colectivos, la adrenalina era indescriptible. Seguro cargas hasta hoy con alguna herida de guerra de la época.

11. Amabas los juegos de la plaza Victoria.

Horas y horas de diversión jugando Taca Taca o en los juegos mecánicos… En fiestas patrias, por su parte, las tardes de juego y volantines se pasaban al parque Alejo Barrios.

12. Te acostumbraste de niño a subir miles de escaleras.

Esto te dio un estado físico envidiable y piernas de acero, seguramente.

13. La Feria de las Pulgas podía ser tu solución.

Si te faltaba algún cachureo, algo para una tarea o un repuesto para tu bicicleta, lo más probable es que lo encontraras en la Feria de las Pulgas de la Avenida Argentina, donde había todo y más.

A post shared by Machi (@machivalpo) on

14. Creciste escuchando el grito del motemei.

Este tradicional mote de maíz, vendido a fuerza de pulmón por las calles de los cerros por tradicionales vendedores, era parte de lo cotidiano de la vida en el puerto.

A post shared by Alexis Ape (@alexisxape) on

Hoy en día, queda “el último motemei”: don Carlos Becerra Martínez, que ha sido declarado patrimonio intangible de la ciudad de Valparaíso. Don Carlos lleva trabajando más de 40 años en este oficio, que dejó con la guatita llena a tantos porteños de corazón.

Crecer en el puerto no tiene comparación. Estoy segura de que más de alguno recuerda con cariño estos hitos. Si recuerdas alguno más, ¡déjalos en los comentarios!