1.
Te poseerán los espíritus chocarreros de tus antepasados y empezarás a leer todo lo relacionado con el maíz y cómo nixtamalizar, para así poder crear tú mismo tus tortillas. ¡Ayyyyy papayaaaaaaa de celayaaaaaaaaa!
2.
Le vas a empezar a escribir por todas las redes sociales posibles a tus tías que tienen buen sazón, para que te enseñen a hacer guisaditos ricos. Porque un “picadillo” puede ser la diferencia en que tu residencia temporal se convierta en permanente.