Hace ya casi 700 años que la ciudad de Tenochtitlan fue fundada por los peregrinos de Aztlán, quienes siguiendo las señales de Huitzilopochtli llegaron al Valle de México para establecer los cimientos de lo que sería la ciudad más poderosa de Anáhuac.
Los aztecas, que en ese momento no gozaban de una fuerte tradición cultural ni de gran desarrollo, se comprometieron colectivamente para conquistar el mundo. Su convicción y voluntad fueron las únicas armas que les permitieron pasar de ser una tribu salvaje a ser una civilización prodigiosa en sólo 70 años, superando logros de otras culturas en el mundo en tiempo mucho menor.