1. La spirulina
La spirulina, tecuitlatl en náhuatl, es un superalimento cuyas proteínas son mucho más digeribles que las de la carne vacuna y que, además, contiene una sorprendente variedad de vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, proteínas, ácidos nucleicos, clorofila, y una amplia gama de fitoquímicos. Por ello, ha sido elegida por la NASA para enriquecer la dieta de los astronautas en misiones espaciales.
El primer registro de la historia que se tiene acerca del consumo de espirulina como alimento para humanos proviene de Bernal Díaz del Castillo, uno de los acompañantes de las tropas de Hernán Cortés, quien reportó en 1521 que la espirulina era cosechada de las aguas del Lago de Texcoco, a la que secaban y vendían en el mercado de Tenochtitlán. Aunque también hay pruebas de su consumo entre los mayas y se cree que su uso proviene de tiempos prehistóricos. Actualmente, la puedes incorporar a tu dieta agregándola a un rico licuado verde.