Hay muchas formas de mostrar agradecimiento al santo de nuestra devoción. Podemos iluminarlo con velas, hacerle algún donativo, dejarle fotografías o —fuera tan fácil— mantener un comportamiento ejemplar. Cuando todo lo anterior falla, el exvoto se vuelve una de las mejores opciones.
De acuerdo con el libro Milagros, milagreros y retablos: Introducción al estudio de los exvotos del occidente de México, este tipo de creaciones son tan antiguas como la humanidad y tuvieron presencia en las civilizaciones celta, romana, egipcia y mesopotámica. En México cobraron fuerza tras la conquista española y aún gozan de gran popularidad entre los católicos mexicanos.