“El tiempo es una aberración fuera de toda disciplina
y su único rasgo piadoso y disciplinado, insisto,
es su constante negación a hacer un alto”
(Rodrigo Fresán, Jardines de Kensington)
Cuando pienso en el tiempo, pienso en agujas negras, curvilíneas y en punta. Pienso en el reloj de la cocina de mi casa, que antes estaba en el comedor, y que muchas veces estuvo abajo de un pilón de ropa, donde lo escondía porque no me dejaba pensar. Pienso en el ruido. Pienso en que nunca probé si esas agujas realmente pinchan, pero en que tampoco es necesario, porque ellas pinchan a su manera.
Cuando pienso en el tiempo… a veces pienso cómo detenerlo, especialmente al viajar. Esta vez fue por Londres, pero podría haber sido en otro lado.