1. Crea un flujo de trabajo.
Crea un flujo de trabajo que te ayude a organizarte y no te alejes de él por nada del mundo. Sigue los consejos que te propongo a continuación, pon en marcha un flujo de trabajo y úsalo regularmente.
2. Identifica las tarjetas de memoria que aún no has descargado.
Seguramente tendrás una funda o tarjetero en la que guardas tus tarjetas de memoria. (Y si no la tienes, deberías comprar uno, ya que es una buena forma de protegerlas).
Una vez que llenes una tarjeta de memoria, sácala de la cámara y activa la pestaña de protección. Esta pestaña evitará que se grabe o borre ningún archivo por error si la vuelves a introducir en la cámara
Además, pon la tarjeta al revés en tu funda. Es decir, sin que se vea la etiqueta. De esta forma, sabrás de un vistazo que no puedes usar esa tarjeta mientras estás fuera.
Una vez en casa, tras vaciarla y formatearla, puedes volver a colocarla con la etiqueta al derecho. Ahora está lista para que la uses de nuevo.