Viajar por Chiapas es viajar a los orígenes de la cultura maya. Alrededor del año 2,600 a.C. entre el espesor de la selva chiapaneca, comenzaban a formarse pequeños pueblos que más tarde se convertirían en ciudades monumentales creadas por una de las civilizaciones más enigmáticas y estudiadas hasta ahora. Si aún no has experimentado la energía ancestral del mundo maya, quizás este recorrido por la arqueología de Chiapas y sus sitios más importantes te lleve a descubrirla.
1. Palenque
Palenque es el sitio arqueológico más turístico de Chiapas, pero eso no le quita ningún mérito. La historia de Palenque se remonta al año 100 a.C. aunque su consolidación como gran urbe ocurrió entre los años 200 al 600 d.C. El área que ocupó la ciudad era tan grande, que incluso hoy en día sólo se ha descubierto el 2% de su totalidad. Palenque le ha revelado al mundo mucho de lo que se sabe acerca de la cultura maya.
Entre los edificios más emblemáticos está el Templo de las Inscripciones, donde se encuentra la cámara mortuoria de Pakal, el gobernante maya que más inquietud ha despertado entre investigadores serios y no tan serios, pues se le ha llegado a comparar con un astronauta antiguo.
Otros recintos notables son el Templo de la Reina Roja —el cual resguarda un sarcófago con los restos de la madre, o quizás la esposa, de Pakal—, el Palacio, coronado por un emblemático observatorio astronómico y el Grupo de las Cruces, donde se conjuntan los templos más importantes de Palenque.
2. Bonampak
Uno de los tesoros de la exuberante selva Lacandona es Bonampak. Esta ciudad maya alcanzó su máximo esplendor en el año 250 d.C y se presume que su gran poderío se debió a su alianza con Yaxchilán.
Las ruinas de este sitio arqueológico impresionan de principio a fin. Entre los espacios más interesantes está la Gran Plaza de cien metros de largo; la Acrópolis donde se levanta una estela de cinco metros de alto con la imagen del último gobernante de Bonampak y el Templo de las Pinturas, donde se encuentra el que se considera el mural más bello encontrado hasta ahora en un sitio maya. En dicho mural se pueden apreciar escenas sobre la captura de enemigos, el ascenso al poder de los gobernantes de Bonampak, así como rituales de sacrificio.
3. Toniná
Esta ciudad es un claro ejemplo del esplendor característico de la arquitectura maya. Toniná floreció entre los años 300 y 500 d.C. y fue contemporánea de urbes como Palenque, Yaxchilán, Calakmul y Chichen Itzá.
Uno de los hallazgos arqueológicos más sorprendentes de los últimos años fue sin duda la gran pirámide de Toniná. Esta estructura cuenta con 75 metros de altura, superando en tamaño a la Pirámide del Sol. Tiene una antigüedad de 1,700 años y está compuesta por siete niveles. En cada uno se desarrollaba una actividad específica, es decir, sobre sus plataformas existían templos, palacios, recintos administrativos y habitacionales. Algo que no se ha visto hasta ahora en otra estructura prehispánica similar.
Se sabe que Toniná entró en guerra con Palenque y ganó la batalla. Incluso se cree que aquí fueron hechos prisioneros dos hijos de Pakal, el enigmático gobernante de Palenque. La importancia de la ciudad se ve reflejada en algunas de los hallazgos hechos hasta ahora, como un sarcófago de piedra —comparable con el de la Reina Roja de Palenque— y una secuencia de escritura glífica que revela datos muy importantes sobre sus gobernantes y (tal vez) sobre la decadencia del imperio maya.
4. Yaxchilán
Yaxchilán era una ciudad dinástica y así lo demuestran la gran cantidad de estelas que se encuentran en la ciudad. En ellas se documenta, mejor que en ningún otro sitio maya, la cronología de sus gobernantes.
Una visita a Yaxchilán es una experiencia fuera de lo ordinario, pues para llegar se debe navegar por el río Usumacinta tal como lo hicieron los primeros exploradores. Muchos de los templos y palacios de Yaxchilán aún están cubiertos por la vegetación selvática, pero se pueden visitar 39 de un total de 120 edificios, entre los que destacan la acrópolis sur y oeste, así como la Gran Plaza. En estos conjuntos yacen restos de pintura mural acompañando relieves, estelas, juegos de pelota y vestigios de temazcales.
No olvides poner atención a tu alrededor, puede ser que veas algún aluxe (el enigmático duende maya), pues en Yaxchilán también existen grabados con imágenes de estos seres sobrenaturales.