Tan pronto me mudé a México, empecé a soñar con viajar a través de las Barrancas del Cobre a borde del Chepe —el único tren de pasajeros que opera en el país— y poder conocer a los tarahumara, una comunidad indígena reconocida por su estilo de vida aislado, en lo más apartado de la Sierra Madre Occidental.
Casi cinco años después, mi sueño se hizo realidad. Abordé el tren en la ciudad de Chihuahua, fui testigo de las vistas más espectaculares de México y conocí no una, sino dos de las comunidades más misteriosas del país: los tarahumara y los menonitas.