1. Cruzar las calles.
Ok, quizás estoy exagerando. Claro que es físicamente posible cruzar las calles en Bélgica, sólo que aún no le he encontrado el truco. En Escocia sé que si uso el paso peatonal no voy a morir, en México, sé que seguro voy a morir, pero en Bélgica existen ambas posibilidades. Los carros a veces te ceden el paso y otras veces les importa un reverendo pepino. La incertidumbre sobre mi defunción es algo con lo que no puedo lidiar.